Fotos cortesía: Mara Arteaga | Festival Aural

 

Arrancó de forma contundente, inspiradora y con un interés genuino en su mayoría. El Festival Aural revivió, tras dos años de merecido descanso, y arremetió de forma brutal en su primera jornada, con cinco actos de alto nivel, divididos en dos programas, cada uno con su encanto y personalidad.

Al caer el día, en pleno miércoles de quincena y con una premonición de caos y bloqueo, el siempre atiborrado Centro Histórico abría sus fauces para recibir la inauguración del festival comandado por Rogelio Sosa, programado en mancuerna con Paco Barba.

 

Centro Cultural España, 18:30 Hrs.

Rostros nuevos, rostros viejos, rostros ocasionales, curiosos y escurridizos. Todos ahí formados en el Centro Cultural España, a la espera de una sesión que pondría de nueva cuenta en predicamento nuestros gustos, ideas y concepciones sobre el sonido. Así fue. Robert A. A. Lowe, de Estados Unidos comenzó con sus drones modulares, impregnados de voces extendidas, casi celestiales, de hecho se sintió como si se oficiara una misa, mística en la oscuridad. Lentitud, in crescendo sutil, los loops de Lowe son de una maestría notable, sobreponiendo tonos, acariciando rugosidades. Verdaderamente hipnótico y disfrutable.

Pero la verdadera primera sorpresa y prueba de resistencia fue “el set” (¿performance?, ¿gesto estético-conceptual?, ¿ocurrencia?) de la cellista Okkyung Lee y el artista visual Andy Lampert.

 

Robert Aiki Aubrey Lowe

Más de uno se cabreó al ver platicar en plan confuso al dúo, con un juego que iba desde navegar por internet, ver videos y sobreponer imágenes, para luego intentar dar guiños contemporáneos a cuestionamientos frescos y tontorrones sobre la cultura del entretenimiento, el rol del artista en pleno aceleracionismo y simultaneidad, en una suerte de show de anticomedia. Fue hermoso ver que más de uno se enojó genuinamente al ver abatidas sus expectativas de cello rugoso, al que nos tenía acostumbrado la artista surcoreana, al menos en sus discos.

 

Okkyung Lee + Andy Lampert

Hubo quien gritó algo como “Por favor, ya no traigan cosas así, bastante tenemos con Peña Nieto”, lo cual generó la risa y el resoplo de varios de los asistentes. Muestra clara de que estos eventos aún siguen siendo necesarios, dado que mueven al individuo lo suficiente como para poner en predicamento su paciencia, sus aficiones y sus preconcepciones de las cosas. Sin duda un número cotorro, inteligente a lo bonzo y altamente revitalizante. Importante fue para muchos darnos el tiempo y estar presente en ese espacio para ver aquello.

A correr al segundo número. De mayores certezas pero no con menos expectativas. El panorama cambia y la noche cae de a poco.

 

Foro Indie Rocks, colonia Roma. 21:30 Hrs.

El formato que más nos encanta es este, con tres números, contundentes y bien distribuidos. Poco antes de que abriera la noche el trío de Chicago Bitchin Bajas, con ese drone suave, lindo y profundo, platicamos con ellos. Fue hermoso:

Freim: Estamos muy emocionados dado que su música tiene un elemento especial que nos relaja e hipnotiza. Sin embargo hemos escuchado cosas de una diversidad notable en tus discos. ¿Qué vamos a ver y oír en vivo?

Bitchin Bajas: Durante el concierto van a poder escuchar nuevo material y justo ahora estamos trabajando con un par de canciones viejas. Será algo más rítmico y denso que lo que veníamos haciendo, con más cuerdas e instrumentos electrónicos. Seguirá siendo hipnótico y relajante.

Freim: Sus sonidos parecen tener un claro guiño espiritual, sin esto sugerir religiosidad en absoluto. La influencia del jazz y del raga es notable, por ejemplo. ¿Hay una intención consciente de entablar un diálogo de este tipo con el público, o es más un trance disfrutable para ustedes?

BB: Disfrutamos mucho hacer música en la que nos podamos perder mientras la creamos e interpretamos. El elemento espiritual sigue sorprendiéndonos de vez en cuando, y probablemente venga de nuestro amor por Alice y John Coltrane, Pharoa Sanders y la música contemplativa de Siria. No insertamos ese elemento espiritual a propósito, sino que es lo que sale mientras los tres tocamos; muchas veces el aspecto espiritual ni siquiera está presente.

Freim: Sabemos que andan tocando últimamente con Bonnie Prince Billy, y no es el único con el que colaboran. Nos gustaría que nos contaran un poco cómo es colaborar con Will y qué es lo que más disfrutan de hacer música con alguien más.

BB: Colaborar con Will es muy divertido y exploratorio, siempre nos guía hacia otra dirección y creo que nosotros hacemos lo mismo con él. Es una buena combinación y nos permite permanecer estáticos con sus mantras vocales, en la cima, lo que llama la atención del escucha todavía más.

Pero no es el único, también tenemos otras colaboraciones en ese grupo que agregan más elementos para llevar la música a otro nivel. Hemos colaborado con Masaki Batoh, Jim O’ Rourke, Asuna, Bill Mackay y Charles Hayward, todos como invitados en presentaciones pasadas. Colaborar con ellos nos permite a nosotros tres empujarnos uno al otro, salir de nuestra zona de confort y tocar diferente y mejor como grupo. O sea, traspasar las barreras de nuestro propio sonido. También tenemos otro proyecto colaborativo con la Natural Information Society de Joshua Abrams de Chicago, que nos permite incluir más cosas como un gimbri, harmónica, percusión y guitarras. Con ese grupo vamos a estar tocando más seguido y, esperemos, grabando un nuevo disco el próximo año.

Freim: Nos gusta esa parte de su música en la que hay abstracción, al mismo tiempo que es muy accesible al oído y los sentidos. ¿Hay, digamos, una intención pop en las composiciones que creas? ¿compartes esa visión?

BB: Tratamos de mantener nuestra música interesante y misteriosa, al mismo tiempo que tenemos una melodía o groove fijos mientras agregamos texturas nuevas entre cada pieza. Esto hace que se muestre un lado más accesible de Bitchin Bajas con varios elementos al mismo tiempo. ¿Intencional? Solamente tocamos lo que tocamos.

Freim:  Seguirle la pista a su registro sonoro se vuelve un poco complicado si uno se clava con sus grabaciones. Algunas cosas están en cinta, otras en digital o fuera de stock…

BB: A veces no hay que hacer tanto alboroto por el lanzamiento de un disco, porque puede que sea una grabación en vivo de la cual no necesitamos hacer mil copias o discos. No es que no nos guste pero a veces no es el camino. Ahora tenemos planeado lanzar un box set de diez discos en el futuro con todas esas grabaciones en vivo, discos viejos y otras cosas. Preferimos las ediciones físicas de nuestros discos, así cualquiera puede tocarlas y sentirlas mientras las está escuchando.

Freim: ¿Ya vieron el cartel completo del festival? ¿Hay algo que les emocione en especial?

BB: Personalmente estoy muy emocionado de compartir escenario con OOIOO, he disfrutado su música por mucho tiempo. También sería muy bueno ver a Rob Lowe, Joe McPhee es increíble y todo mundo debería verlo tocar por lo menos una vez. La verdad es que es un festival con una muy buena curaduría.

Freim: ¿Andarán más tiempo por acá?

BB: Tenemos un par de días acá en la Ciudad de México para explorar y cachar más música durante el festival. Acabamos de terminar un tour por Japón el mes pasado, y vamos a meternos de lleno a la grabación de dos discos nuevos que serán lanzados el año que viene.

 

Colofón: el inicio de Aural 2016

Después de esa belleza, que sirvió de puente para amarrar el sube y baja del CCE, Bitchin Bajas dio un set algo atropellado pero impecablemente hermoso. Esa es la palabra. Luego, Ricarda Cometa de Argentina dieron machacón al público, dando dosis exploratorias a lo bruto, de rock, noise y hasta cumbia matizada. Un trío bastante desatornillado, en el mejor de los sentidos.

Ricarda Cometa

El resto fue historia. Mejor dicho: se hizo historia. OOIOO fue lo mejor del día, me atrevería a asegurar que fue, de lejos, uno de los mejores conciertos de rock del año en la Ciudad de México: brutal, contundente, ponchado, cambiante…los adjetivos que quieran. Yoshimi y sus damas de batalla son unas damas salvajes, unos animales de precisión, flow y groove. Diez años de carrera a cuestas las respaldan, señoras colmilludas. Devastador, divertido…sin palabras.

OOIOO

Podríamos dar más detalles, pero, como dicen los Bitchin Bajas: a veces no es necesario hacer tanto alboroto de ello. El mejor recuerdo quedará sellado en la memoria de quienes tuvieron el tiempo de darse algo así a mitad de semana, quienes estuvieron en ese espacio. Enhorabuena por Aural, qué bueno que sigan habiendo conciertos así de increíbles.