Por: Israel Martínez

Si bien el punk llegó a México a través de personajes o espacios que contrastan con el estereotipo del punketo bravío y marginado, económica y socialmente; y aunque las primeras sonoridades influyentes provenían de grupos tan refinados como Buzzcocks, The Damned o The Clash; e incluso, que las primeras agrupaciones mexicanas siguieron esta línea, como Size o Dangerous Rhythm (sólo por citar un par); es una realidad que el aplastante porcentaje de la producción musical punketa mexicana, durante los ochenta y noventa, estuvo más cercana al hardcore ochentero, principalmente exportado desde Inglaterra, Finlandia, Italia, Japón y un poco de Estados Unidos (sí, algunos pueden decir que los influenciaron los Dead Kennedys pero sonaban como The Exploited). Al paso del tiempo este “sello” de la vieja guardia punketa mexicana empezó a hacerse sumamente predecible y poco variable, no sólo musicalmente sino también en el aspecto lírico. Sin embargo, algunas bandas intentaron abrir el panorama y experimentar desde sus posibilidades. Unas veces de manera torpe, otras pocas con un sentido más aguzado, pero sus propuestas fueron sumamente refrescantes en un contexto casi monolítico.

 

Sin Razón Zoocial – Piénsalo dos veces

Sin Razón Zoocial comenzó a tocar en 1989, y sin ser decididamente una banda punk, aunque con clara influencia, se integró a la primera generación del movimiento en Guadalajara. Con un sonido mucho más pulido y abierto que todas los grupos punks de la época en México, incluyendo teclados, guitarras limpias y estructuras diferentes, Sin Razón Zoocial logró publicar un casete y abrir para La Polla Records en el LUCC. Poco tiempo después se desintegraron, dando paso a Demonios de la Lengua, otra innovadora banda (post-punketa / new wave) que desafortunadamente también duro muy poco. La influencia de Sin Razón Zoocial fue muy notoria en muchos grupos que después de escucharlos comenzaron a labrar su sonido con mayor dedicación, a hacer rolas sin distorsión o incluir elementos melódicos. Aquí una muestra.

 

Psicodencia – ¿Cuánto me podrá costar?

Psicodencia le entraba a los bajos funkys sin pena alguna, su vocalización era mucho más melódica que la gritería que abunda(ba) y la guitarra tenía una distorsión similar a la usada por Atoxxxico (probablemente compartían el mismo pedal, ese que dice el Thrasher se les olvidó cuando grabaron su E.P. “Punks de mierda”). En las letras le entraron a temas como la represión policiaca, la migración y el racismo, pero también al “amor” y la nostalgia. Después de la salida de su E.P. “Cahuí” a finales de los ochenta, se internaron más en el funk y la psicodelia, dejando un poco de lado la influencia punketa.

 

Disolución Social – El loco

Una de las primeras y más creativas bandas punk melódicas en México, desde Monterrey. Esta debe ser una de sus obras más consolidadas explorativamente, con elementos de tango y rasgueos post-punketos en la guitarra. Pocos grupos se concentraban recio en las letras, Disolución Social fueron uno de ellos, proponiendo una lírica mucho menos frontal en torno a la protesta, y sobre todo auto-cuestionando la ética y moral de la escena. De su imperdible álbum “Nuestra imagen actual”, de 1993, este tema.

 

Empirismo – Los obreros

Desde Los Ángeles, pero con integrantes mexicanos, Empirismo proponía a inicio de los noventa un punk rock melódico con letras (entre otros temas) sobre la explotación y la desigualdad. Sus conciertos eran verdaderos performances, llenos de mensajes políticos y activismo. Empirismo llevaron sus ideas más allá de la música, a través de colectivos que lo mismo se plantaban en una embajada que trabajaban con el colectivo Food Not Bombs, mucho antes de que la misma economía lucrativa convirtiera en “trend” la lucha por los animales y el vegetarianimo/veganismo, entre otros territorios de resistencia.

 

Desordenados- Explotados

Aunque es más característica la actitud (o pose) de eterno adolescente encabronado en la escena punk mexicana (o de machito, y que además encanta a una gran mayoría), también había bandas que proponían la fraternidad, la camaradería, y un gran respeto y apoyo a la lucha de las mujeres. Desordenados fueron parte de esta movida, colectiva, activista y amistosa. Era fácil saber cuándo iban a tocar, por ejemplo, cuando se arrimaban al frente del local, o al escenario, con las mohicanas más altas en la historia del movimiento punk. Sus sets proponían punk melódico con influencias de ska y hardcore, una voz similar a la de bandas españoles, y mucho buen rollo. Sin duda, entrañables.

 

Diluidos en el Sistema – Contaminación

En Guadalajara ya comenzaba a pulular el hardcore-punk melódico a inicio de los noventa, y Diluidos en el Sistema hicieron un primer casete lleno de punk rock y con una postura contra las adicciones (tema difícil en el panorama de una generación que consumía drogas por búsqueda sensorial y/o autodestrucción, y no por moda). Este material es toda una joya pues el punk rock nunca fue muy popular en la escena, más bien, hardcorera de México. Gran inicio de una banda vital en el punk tapatío de la primera mitad de los noventa.

https://www.youtube.com/watch?v=R8LcG1vvNjU

 

Tried – S.S.A.

Y ya que hablamos de Guadalajara y su escena melódica, “Siempre Seremos Anarquistas”, el tema más reconocido de Tried (o Trinchera de Guadalajara), un auténtico himno para punks de todo el país. Uno de los grupos hardcore-punketos melódicos más potentes en México. Hacia mediados de los noventa pocos grupos sonaban tan afilados y enérgicos como ellos en vivo.

 

Yaps – Ku kux klan

Los Yaps comenzaron en los primeros años de los ochenta covereando a los Ramones, y así duraron mucho tiempo, quizá hasta entrados los noventa que comenzaron a producir sus propios riffs y melodías. Esta es una de sus versiones más celebradas, una auténtica rola nostálgica, “amorosa”, y si lo vemos de otra forma, un grito desesperado ante la enorme migración de este país hacia los Estados Unidos. Un clásico de los bailes rockers y punketos de los ochenta en el D.F. y el Estado de México.

 

Disturbio Clandestino – No me importa

Desde San Luis Potosí una banda sumamente rabiosa y sucia, aunque en su demo, publicado en los últimos años de los ochenta, se incluyeron temas melódicos como éste. Contrasta de manera enriquecedora la voz rasposa con los breves arpegios y los riffs más “ordenados”. Había grupos que a pesar de la tremenda homogeneidad del punk mexicano, buscaban su propio rostro auditivo, Disturbio Clandestino se inscribía en esta lista.

 

Lucha Autónoma – Nuestra Patria es la Tierra

A mitad entre el punk rock más enérgico y el hardcore, Lucha Autónoma eligió proponer su ruta musical con una lírica socio-política muy puntual de las problemáticas y situaciones tanto locales como globales de los noventa. Esto no era fortuito, fueron también una de las agrupaciones que vinculaban la música con otras acciones, por ejemplo, las que llevaron a cabo a través del colectivo Juventudes Anti-Autoritarias Revolucionarias, y muchas otras iniciativas al día de hoy, con proyectos aparentemente de otra naturaleza, pero que han consolidado acciones comunitarias más efectivas que las que pretenden otros seres atados a la utopía.

 

Encore

Sedición – Escucha

Para 1991 Sedición ya era una de las bandas pilares del movimiento punk mexicano, y musicalmente se habían atrevido a echarse un clavado al “asunto melódico” con rolas como “Sin Fronteras”, “Apartheid” o “Mundo frío”, en sus dos primeros (y clásicos) álbumes. Su tercera producción, “Verdaderas Historias de Horror”, fue un disco absolutamente enfocado en sonidos melódicos y post-punketos, con intros e interludios que le daban un carácter conceptual a la obra entera. Esta es una de las piezas más explorativas de la escena punketa mexicana, con letras más introspectivas. Nada fácil en su tiempo. Por algunos años se dedicaron a tocar en vivo este material más melódico (junto con composiciones similares posteriores), pero la respuesta de muchos de sus seguidores no fue tan vigorosa. Una verdadera lástima.

https://www.youtube.com/watch?v=x4CflJ2LSRA

 

¿Será que a los punks mexicanos poco les interesaron las estéticas post-punk?