Hay noches que prometen sacudirte como un trueno y otras que, sin previo aviso, te acarician el alma con la torpeza entrañable de un abrazo mal dado. El debut largo de Babas Tutsipop en el Foro Indie Rocks! este 20 de junio parece querer ser ambas cosas: una fiesta sentimental donde lo absurdo cobra sentido, lo cursi se vuelve subversivo y el pop se transforma en una forma de resistencia emocional.
Después de sembrar pistas y misterios en sus redes, Babas llega finalmente con su Club Mariposa bajo el brazo, un álbum debut que no se explica, se siente. Su música no se define por géneros sino por sensaciones: hay algo de indie, algo de synthpop, algo de canción pop hecha en un teclado prestado a las tres de la mañana… pero sobre todo, hay una voz propia que se atreve a hablar de lo invisible. Calcetines con agujeros, galaxias en miniatura, amores que se derriten como helado: imágenes que en otros contextos sonarían ingenuas, pero que en sus canciones se convierten en himnos de supervivencia emocional.

Un concierto para habitar el sinsentido
Lo de Babas no es solo música; es una burbuja estética donde el drama existencial se enfrenta con sintetizadores y la ternura se canta como si fuera un comercial perdido de los noventa. Asistir a su presentación no será solo presenciar un concierto, sino participar en un ritual sonoro donde el glitch y el glitter se combinan con gritos compartidos, abrazos entre desconocidos y esa sensación indescriptible de estar exactamente donde uno tenía que estar.
El Foro Indie Rocks!, con su atmósfera cercana pero intensa, será el lugar ideal para este bautizo en vivo del Club Mariposa. No hay mejor escenario para canalizar esas emociones que no caben en palabras, pero sí en una melodía con eco, una voz que desafina con emoción o una luz estroboscópica que te hace olvidar por un segundo que hay mundo afuera.
Quien asista, probablemente no se llevará una etiqueta clara del género que acaba de escuchar. Pero sí se llevará algo más raro y valioso: la sensación de haber cruzado por un portal a un lugar donde el caos tiene colores pastel y el amor propio se canta con distorsión.
Así que, con o sin orquídeas, con lágrimas contenidas o carcajadas espontáneas, nos vemos en el Club Mariposa. Porque hay conciertos que se bailan y otros que se sienten. Y este, si tenemos suerte, será ambas cosas.
Los boletos ya están disponibles a través de Fever.








