Hay artistas cuya existencia trasciende el sonido. Beth Gibbons es una de esas figuras raras: un espectro de carne y hueso capaz de condensar en su voz la vulnerabilidad del mundo. Desde los días de Dummy (1994) con Portishead, hasta su reciente trabajo en solitario, Gibbons ha sabido tallar un espacio donde el dolor, la belleza y la desesperanza no sólo coexisten, sino que se potencian mutuamente.
Lo que distingue a Beth Gibbons no es sólo su timbre áspero y frágil como una herida recién cerrada sino su capacidad de encarnar cada palabra que canta. No interpreta: confiesa. Cada susurro, cada quiebre de su garganta parece brotar de un lugar donde el lenguaje ya no alcanza, y sólo queda la música como último refugio emocional.
En tiempos donde la producción musical muchas veces sacrifica la emoción cruda en favor del brillo superficial, Gibbons persiste como un acto de resistencia. No hay en ella artificio: hay llanto, hay soledad, hay una honestidad casi brutal. Su arte no se escucha: se siente. Se arrastra por debajo de la piel.
Su esperado primer álbum de estudio en solitario, Lives Outgrown (2024), es quizá su obra más personal hasta ahora. Concebido durante un largo período de reflexión, enfermedad y pérdidas, el disco es un viaje sombrío pero sereno hacia la aceptación de la mortalidad. Las canciones, envueltas en arreglos mínimos y orgánicos, parecen susurradas desde un limbo entre la vida y la muerte, con Gibbons confrontando sus propios miedos sobre el tiempo, el deterioro físico y el desapego.
Aquí no hay lugar para la esperanza fácil ni para la redención pop: Lives Outgrown es una meditación cruda sobre lo que dejamos atrás mientras seguimos existiendo. Un álbum que no pretende consolar, sino acompañar en el abismo, igual que lo ha hecho siempre su voz.
Beth Gibbons no hace música para sonar en playlists casuales. Hace música para aquellos momentos donde la vida, sin avisar, deja de sostenernos, y necesitamos saber que no estamos solos en la caída. Su voz, inconfundible y eterna, es el eco de esa humanidad desnuda que todos, en algún momento, tememos y necesitamos abrazar.
No te pierdas a Beth Gibbons en Pitchfork Music Fest 2025
La legendaria compositora se estará presentado el día sábado 3 de mayo en el Estadio Fray Nano como parte de las actividades del Pitchfork Music Fest 2025.
Además, recientemente se dio a conocer nueva información respecto al evento, debido a cambios en cuanto a los foros.
A raíz de de estas actualizaciones, esta es la programación final de Pitchfork Music Festival 2025:
Jueves 1 de mayo (Foro Indie Rocks!): NAAFI presenta: DJ Fucci, IMAABS b2b ZUTZUT, Luz Luz Luz! y Untitled (Halo).
Viernes 2 de mayo (Estadio Fray Nano): Black Country, New Road, Silvana Estrada, Rodrigo Amarante, Tim Bernardes, Bedouine, A Veces Siempre y Rosas.
Sábado 3 de mayo (Estadio Fray Nano): La participación de la headliner Beth Gibbons sigue confirmada, al igual que Earl Sweatshirt, Oneohtrix Point Never, Ross From Friends, Roc Marciano & The Alchemist, Machine Girl y Rejjie Snow.
Domingo 4 de mayo (Casa del Lago UNAM): James K y Edgar Mondragon & IMGN.
Sobre los boletos
• Si compraste Pasaporte General o VIP podrás ingresar a toda la programación
(Jueves 1, Viernes 2 y Sábado 3 de Mayo).
Beneficios adicionales:
1. Abonaremos la diferencia del precio del boleto como saldo para consumo dentro
del festival (CASFID, sistema de pago
cashless).
2. Tener acceso general o VIP (de acuerdo al boleto comprado) al Festival Hipnosis 2025.
confirmados!
3. Solicitar reembolso de tu boleto.
• Para reembolsos contacta a Fever:
[email protected]
Todos los boletos previamente adquiridos siguen siendo válidos para las fechas correspondientes (2 y 3 de
mayo).
• Si tu boleto es para el sábado 3 de mayo, también podrás ingresar el viernes 2 de mayo con tu mismo
boleto.
• Todos los que compraron boleto sencillo (2 o 3 de mayo) (NO PASAPORTE), tienen un 30% de descuento en el Festival Hipnosis
fase Blind.