Hay figuras en el rock que no necesitan gritar para hacerse escuchar. Chrissie Hynde, líder y voz de Pretenders, es una de ellas. Dueña de una actitud que nunca pidió permiso para estar en el escenario, su presencia siempre ha sido la de una outsider que no busca encajar, sino provocar preguntas. En un mundo musical dominado por voces masculinas, Hynde se abrió paso con una guitarra en una mano y una ironía punzante en la otra.

Apareció en la escena londinense a finales de los años 70, cuando el punk rugía con dientes de alambre. Hynde, estadounidense de nacimiento, encontró en el caos británico el lugar perfecto para canalizar su furia elegante. Fundó Pretenders en 1978, y lo que vino después fue una serie de himnos llenos de rugidos eléctricos y confesiones a media voz. Su debut homónimo en 1980 es hoy un clásico instantáneo: crudo, melódico, y con una sensibilidad que desarmaba a quienes pensaban que la rabia era incompatible con la ternura.

Más que una cantante, Hynde fue y es una narradora. Su voz —al mismo tiempo áspera y vulnerable— ha sido vehículo de deseos, pérdidas, y declaraciones de independencia emocional. Canciones como “Brass in Pocket” o “Kid” no solo fueron éxitos; fueron pequeñas revoluciones íntimas que sugerían que el empoderamiento también podía venir desde la duda, desde la contradicción.

En Chrissie Hynde conviven varias figuras: la punk que trabajó en Sex —la boutique de Malcolm McLaren y Vivienne Westwood—, la melómana que casi entra a The Clash, la compositora que ha escrito letras con la crudeza de un diario sin candado. Pero también la mujer que no teme bajarse del pedestal del rock para hablar de sus errores, de su activismo (en particular con los derechos animales), de su desencanto con la industria.

Nunca se vistió para gustar. Su imagen ha sido tan poderosa como su música: chamarras de cuero, jeans gastados, maquillaje mínimo. Pero todo eso, lejos de ser un disfraz, fue siempre una extensión de su personalidad: una rebeldía sin pose, una elegancia sin artificios.

A más de cuatro décadas del nacimiento de Pretenders, Hynde sigue componiendo, grabando y girando. Tan asi que la agrupacion se encuentra próxima a visitar la Ciudad de México; Este 7 de mayo de 2025, el Pepsi Center será testigo de una noche donde la nostalgia y la vitalidad se fundirán en un solo acto. Su legado es tangible no solo en las bandas que la citan como influencia, sino en todas esas mujeres que entendieron, gracias a ella, que no es necesario sonar “como un hombre” para hacer rock: basta con sonar como una misma.

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Chrissie Hynde y la rebeldía elegante: el alma indomable de Pretenders

Chrissie Hynde no necesitó gritar más alto que los demás. Solo tuvo que decir la verdad con una guitarra al hombro. Y eso, en una industria que premia el ruido por encima de la sustancia, es una forma suprema de rebeldía.