El reciente fallecimiento de David Lynch ocurrido el pasado viernes, dejó un vacío inmenso que nos tocó a más de uno. El mundo se detuvo unos instantes al saber que despedía a uno de los creadores más influyentes de nuestra era (y a quien le debemos el término lyncheano o cine lyncheano para hablar de obras que parecen sacadas de su cosmogonía). Por supuesto, los homenajes no tardaron en llegar, siendo ampliamente difundidos por una dolida comunidad artística, intelectuales, cinefílos y aquellos que encontramos en su obra un refugio para lo inexplicable y lo profundamente humano.
Lynch fue un maestro en capturar los sueños, las pesadillas y los misterios que residen en las esquinas más oscuras de la mente. Este artífice de lo onírico, nos deja un legado que ha trascendido generaciones y estilos, inspirando, principalmente a otros cineastas que, con su propia voz, a sea directa o indirectamente, han homenajeado esta visión singular.
1. The Killing of a Sacred Deer (2017) – Yorgos Lanthimos
En este thriller psicológico, Lanthimos crea una atmósfera sofocante al explorar los límites de la culpa y el sacrificio. Con actuaciones minimalistas y un guion cargado de tensión, la película recuerda a Eraserhead y Blue Velvet en su habilidad para hacer que lo extraño se sienta terriblemente familiar. La relación entre los personajes, con sus interacciones casi robóticas, genera una sensación de irrealidad que parece un guiño directo al estilo lyncheano.
2. Coherence (2014) – James Ward Byrkit
Este thriller de ciencia ficción utiliza un entorno cotidiano, una cena entre amigos, para introducir una realidad fragmentada y perturbadora. La narrativa, que juega con universos paralelos y versiones alternativas de los personajes, recuerda la confusión meticulosamente diseñada de Mulholland Drive y Lost Highway. La tensión constante y el sentimiento de paranoia hacen de Coherence una obra que Lynch podría haber concebido.
3. Enemy (2013) – Denis Villeneuve
Villeneuve ofrece un thriller psicológico que desdibuja los límites entre la identidad y la realidad. La historia de un hombre que descubre a su doble no solo evoca los temas recurrentes de Lynch sobre la dualidad y el subconsciente, sino que también lo hace con un simbolismo visual inquietante, como la recurrente presencia de arañas. Con su narrativa ambigua y su atmósfera densa, Enemy captura el espíritu de obras como Lost Highway.
4. Mandy (2018) – Panos Cosmatos
La combinación de colores saturados, una narrativa visceral y momentos de pesadilla hacen de Mandy un viaje psicodélico que Lynch podría haber dirigido en una versión aún más retorcida. La historia de venganza es secundaria frente a la inmersión en un mundo de ensueño febril y violencia estilizada. Al igual que en Wild at Heart, la exploración de lo salvaje y lo emocionalmente desgarrador se convierte en el verdadero centro de la experiencia.
5. The Strange Color of Your Body’s Tears (2013) – Hélène Cattet y Bruno Forzani
Esta película es un homenaje a los giallos italianos, pero su uso del surrealismo, los simbolismos eróticos y una narrativa casi experimental evocan los elementos más inquietantes de Inland Empire. La película se mueve entre lo onírico y lo grotesco, guiando al espectador a través de un laberinto de significados ocultos, sensaciones que podrían pertenecer al universo lyncheano sin esfuerzo.
David Lynch nos enseñó a mirar más allá de la superficie, a encontrar belleza en lo insólito y a aceptar lo incomprensible como parte de nuestra experiencia humana. Ahora, el soñador sueña, dejando tras de sí, un camino hacia los sueños y esas pesadillas que, también forman parte de nosotros y merece seguir siendo explorado.