Hoy el mundo del punk se pinta de negro. Pete Shelley, frontman, vocalista y co-fundador de la legendaria banda Buzzcocks falleció a los 63 años. El guitarrista y cantante, murió en su residencia en Estonia, se presume que a causa de un paro cardiaco.
Peter Campbell McNeish era su nombre original, y en vida destacó por ser un gran músico. Su carrera comenzó en 1974 y desde entonces, no dejó de estar involucrado en el mundo de la música. Junto a Howard Devoto, llevó a cabo el proyecto The Buzzcocks, mismo que hiciera su debut en el 76, en Manchester, como banda telonera de Sex Pistols.
El origen de esta banda fue de suma importancia. Pertenecientes a la corriente de sellos discográficos independientes, lograron alcanzar un éxito increíble con su combinación de rock, punk, y pop, bajo su propio sello: New Hormones.
Con hitazos como Ever Fallen in Love (With someone you shouldn’t’ve) o Everybodys happy nowadays / Why can´t I touch it? la banda permaneció activa y en el gusto de una enorme cantidad de público hasta su disolución en 1981.
Sin embargo, Shelley ya contaba con un proyecto en solitario. Su camino en solo generaría 6 álbumes a través de los años, el último de los cuales fue lanzado apenas en 2016.
Mientras tanto, Buzzcocks tendría una historia de altos y bajos entre reencuentros y separaciones. Aun así, fueron capaces de seguir sacando materiales, teniendo en su repertorio, un total de 11 álbumes. El más importante de estos, es probablemente el penúltimo, lanzado en 2006 bajo el nombre Flat-Pack Philosophy. Este material marcaria el regreso más sólido e importante de la banda, no sólo en el estudio, también en distintos escenarios.
The Buzzcocks recién se había presentado en nuestro país, pisando los escenarios del festival Marvin junto a Gang of Four y The Drums. Festival donde, por cierto, la rompieron totalmente.
En este evento, se pudo ver a Pete y compañía con una energía impresionante. Casi como si los años no hubieran pasado por ellos. The Buzzcocks mantenía viva la música rock, con una actitud punk y con ritmos que conquistaban a cualquiera.
Por todo esto es que la perdida de tan gran músico nos toma por sorpresa a todos. A Steve se le veía siempre en los escenarios como el que más enamorado estaba de su público y su propia música.
Lamentamos mucho esta terrible situación. Desde este plano terrenal enviamos nuestras mejores energías para que su alma descanse junto a los dioses del rock.
