Hoy en día en Colombia se vive uno de los momentos más emocionantes para la música contemporánea, no solo latinoamericana, sino a nivel global también. En aquel país se puede gozar actualmente de los frutos de una cosecha que comenzó hace muchos años y que se encuentra arrojando constantemente sonidos que aportan más que nuevas teorías musicales al mundo. La música colombiana de hoy es, también, una nueva perspectiva de la música que se hace en la región y una manera enteramente nueva de entender el comportamiento social y cultural que la vio nacer. Ha sido un camino largo, pero ha valido completamente la pena vivirlo.

Entre los varios responsables de lo que está sucediendo se encuentran tres personalidades que, aún hoy, permanecen como héroes anónimos que merecen ser aplaudidos por el resto del mundo que los rodea. El inquietísimo Pedro Ojeda, el legendario Mario Galeano y el genio Eblis Álvarez han sabido, a lo largo de todo este tiempo, brindarle a Colombia un rostro mucho más experimental de lo que solía ser y, con cada uno de sus proyectos, han podido mostrar nuevos caminos a recorrer para lo que vendrá después. Con Frente Cumbiero, Ondatrópica, los Meridian Brothers y más se han convertido en personalidades que vale mucho la pena abrazar con fuerza. No solo eso, sino que también le dan vida a uno de los grupos más emocionantes de los últimos años.

Los tres son los rostros detrás de Los Pirañas, la agrupación emblemática de aquella revolución sonora constante en la que se encuentra su país de origen. El grupo es una especie de milagro musical en donde convergen tres mentes inquietas que permanecen en la búsqueda de nuevos ritmos e interacciones de ritmos. Lo han hecho desde hace poco más de tres años y, con cada nueva producción parecen encontrarse en lugares distintos pero igualmente efectivos en cada vuelta. Desde su disco debut, el alucinante Toma Tu Jabón Kapax que rendía un caluroso homenaje a la cultura amazónica que los rodea hasta el increíble La Diversión Que Hacía Falta En Mi País en el que hacen lo propio con aquellos sonidos ancestrales en los que fueron gestados, el grupo ha sabido construir una carrera llena de sorpresas en donde por momentos se escuchan familares y en otros completamente ajenos a este mundo. Es una labor complicada, pero ellos aciertan en cada una de sus demostraciones.

En medio de los ya mencionados también se encuentra Salvemos Nuestro Folclor / Carnavalito Infernal y Cosas Chéveres, un sencilo lnzado en vinilo en donde, con tan solo dos caras, crean un poderoso manifiesto a la revitalización de los sonidos tropicales de la región, esa de la que tods formamos parte y que muchos todavía ven ajena. De ahí que el grupo, aún con un precoz catálogo de por medio, sea sin mucha duda aquellos voceros oficiales que hacían falta en su país y en el resto de Latinoamérica. Es ruido, desde luego, pero entre él se encuentran muchas otras cosas que son complicadas de ennumerar pero una maravilla para encontrar. Los Pirañas son todo aquello que estábamos esperando y que nunca pensamos escuchar con anterioridad.

Por eso es que en la próxima edición del Festival Nrmal todos deben hacer un espacio para ver su show de principio a fin. El cartel está lleno de cosas increíbles, pero pocas son enteramente nuestras como lo es la música de Los Pirañas, un luga en donde se puede encontrar lo más arcaico de la cumbia latina y lo más complejo de la músca del espacio en un solo lugar. Si en cada uno de sus discos se escuchan como eso y más, entonces en vivo será mucho más de lo que pensaron. El ruido nunca se escuchó tan cercano, vale muchísimo la pena abrirle la puerta sin pensarlo.