El Baño del Diablo es un retrato agonizante de la locura humana y de la deshumanización de la persona

Pueden perdonar el póster de la nueva cinta de terror austriaca El Baño del Diablo, ya que, si bien da pinta de que es una película de terror y de posesión demoníaca más, en realidad es una película que termina siendo mucho más profunda que eso y que realmente no tiene nada de sobrenatural.

En realidad, es perturbadora, horrorizante y un estudio de cómo nos afecta la depresión y la melancolía. Es un fiel retrato agonizante de la locura humana y la deshumanización de una persona. De igual forma, si bien no es la película de terror más dinámica de los últimos años, como audiencia desciendes en la locura al igual que la protagonista, Agnes (Anja Plaschg).

"El Baño del Diablo": Un retrato agonizante de la locura humana y la deshumanización de la persona.
Foto cortesía de: Cine Caníbal.

En esta perturbadora historia de folk y horror, los directores Severin Fiala y Veronika Franz empezaron a desarrollar esta película tras descubrir que en el siglo XVIII, en Europa, la depresión afectó a las personas que ya no querían continuar viviendo; entonces, cometían asesinatos para así poder tener una ejecución pública y morir “teniendo el perdón de Dios”, además de que su depresión era considerada una enfermedad del diablo. Ya que, si cometían suicidio, no tendrían el perdón de Dios y, de acuerdo con sus creencias, se irían directamente al infierno y su alma estaría perdida para siempre.

Además de hablar de temas como la depresión y la melancolía, la película toca temas relacionados con la salud mental y la deshumanización. Esto es una clara muestra de cómo el género del terror puede funcionar como una herramienta para contar una historia de drama, que además te perturba y te horroriza. No tiene que irse al cliché de las películas de terror o al tema sobrenatural para hacerlo. Eso es lo que una buena película de terror y una buena historia hacen.

"El Baño del Diablo": Un retrato agonizante de la locura humana y la deshumanización de la persona.
Foto cortesía de: Cine Caníbal.

Otro gran punto a destacar es la interpretación de nuestra protagonista, Agnes. Anja Plaschg brilla con una perturbadora interpretación como esta mujer que cae en la locura poco a poco y que se deja perder por la depresión y por la melancolía, además de darnos una lección acerca de esta idea errónea que tenían en aquellos tiempos acerca de los roles en la sociedad y también de los peligros que puede tener la adoración religiosa en exceso.

Sin dar spoilers, hay una brutal y horrorífica escena cerca del final, donde no solo Plaschg da una cátedra de interpretación, también otra persona del elenco tiene sus “cinco minutos de fama”, y esa escena hace que la piel se te ponga chinita. Es una escena que te perturba y que hará que un grito se quede en tu memoria por largo tiempo.

También hay que destacar la joya visual que es esta cinta. No solo la fotografía juega de buena forma con el mood de la película y la melancolía, también la puesta en escena nos transmite todo lo que sufre nuestra protagonista y, como audiencia, nos adentramos en su psique y “vamos descendiendo” en la locura junto a ella. La ambientación es espectacular debido al gran diseño de producción que ambientó perfectamente esta época.

"El Baño del Diablo": Un retrato agonizante de la locura humana y la deshumanización de la persona.
Foto cortesía de: Cine Caníbal.

Si gustas de este tipo de películas de terror que llaman “terror elevado”, donde el terror es psicológico y la trama es más profunda que una película de terror llena de clichés, jump scares y la misma historia de posesiones que hemos visto un millón de veces, entonces El Baño del Diablo es para ti. Eso sí, prepárate para un retrato arduo, lento y contemplativo; no esperes terror frenético.

Le queremos agradecer mucho de nuevo a Cine Caníbal por la invitación. No se pueden perder en cines El Baño del Diablo este 13 de marzo.