Por @lecharre |  Foto tomada del Twitter de @alexislalas *

En íntimo show, el ícono del Brit pop presentó su proyecto solista por primera vez en CDMX.

En punto de las 20:12 h, Graham Leslie Coxon aparecía en el escenario de Galera para presentar su One man solo show por vez primera en la Ciudad de México. La ovación, no se hizo esperar. El guitarrista de la banda Blur se mostró sencillo, tímido, cual si fuera un principiante; sin perder la actitud desenfadada que lo caracteriza. Saludó con un gesto a la audiencia y, mientras tomaba su lugar, comentó a manera de chiste “Don’t expect too much, I might make mistakes” (No esperen mucho, podría cometer errores).

Galera se encuentra en la colonia Doctores justo en el límite con la Roma norte. Donde es palpable la marcada desigualdad del país. En los alrededores se vislumbran edificios roídos, asentamientos humanos irregulares, grupos de individuos caguameando en las esquinas. A un par de calles, una popular zona de restaurantes, bares y hoteles de clase media. Por el contexto musical de Coxon, hubiese sido normal que se presentará en algún lugar un par de cuadras más hacia la Roma. Sin embargo, la sede le dio un toque underground que acentuó más el concepto de show íntimo, aún más alejado del entorno mainstream que manejan las presentaciones de Blur. El foro, una especie de bodega con tarima e iluminación básicos. Una segunda planta al lado derecho, sobre la barra,
estaba repleta con la tercera parte de los impacientes fans: el resto se encontraba en planta baja.

El calor acumulado era evidente desde que se accedía al lugar. Graham terminó de instalarse y abrió con R U Lonely? tema extraído de su primer álbum solista The Sky is Too High, lanzado en 1998. Continuó con Latte canción que forma parte del disco The Kiss of Morning. GC, de 50 años, vestía sus clásicos lentes y playera de manga corta a rayas azules con rosa. Sobre el escenario había una guitarra eléctrica, una guitarra electroacústica de cuerdas de metal, monitor, micrófono con atril de boom y pedalera. Siguió con All Over Me (Happiness in Magazines). Hasta este momento, la audiencia se había mostrado un tanto mesurada. Coxon incluso comentó “its gonna be one of those nights, uh?” (¿va a ser una de esas noches, uh?) haciendo referencia a que los asistentes no estaban reaccionando como esperaba. Y es que originalmente solo había una fecha confirmada para CDMX pero debido a la gran demanda de boletos se abrió una segunda presentación, al día siguiente. Por lo que un sold out mesurado resultaba apabullantemente raro. Quizá fueron los power chords del tercer tema lo que despertó al aparentemente dormitado público.

La siguiente parada del set fue That Someone Ain’t You, al terminar, Graham hizo otra broma a modo de autobullyng “In my head, im such a good singer” (En mi cabeza, soy tan buen cantante) haciendo alusión a los detalles que iba teniendo su descuidada ejecución. Siguió con un nuevo tema: Alright. El británico silbaba y, mientras los asistentes aplaudían al ritmo de la canción, cambiaba de mayor a menor sin que la pieza dejará de ser alegre.

 

Procedió con Don’t Believe Anything I Say del álbum Love Travels at Illegal Speeds. La nostalgia desenfadada escurría por las paredes, al igual que el sudor de los fans; la mayoría se soplaba con lo que pudiera mientras pedía a gritos if you want me, tema que no tocó alegando que necesitaba forzosamente a la banda completa para ello. A oscuras, con un reflector alumbrando de manera directa al músico, siguieron Tell It Like It Is y Angry Me este último extraído del soundtrack que realizó para la serie de Netflix, The end of a fucking world. Quizá una tarima más alta no habría sido mala idea. Continuó con Saturday Night, terminó, tomó su jugo de manzana e inició con She Left the Light On, ambos temas también forman parte del citado soundtrack. En este punto, era evidente que Coxon sufría por el calor en el lugar.

Del repertorio de Blur, siguió con Miss America del disco Modern Life Is Rubbish. Imposible no asentir con el beat; concluyó el tema aplicando fade out orgánico. Continuó el set con Brave the Storm de su material discográfico The Spinning Top. El espíritu country tuvo su momento con Walking All Day. Destacó el uso del slide, los loops con la pedalera y el cómo pasó de un tema campirano a una saturación de frecuencias de notas octavadas con feed backs. Se fue al encore. Volvió con el cover Can’t Find My Way Home de la banda Blind Faith. Le siguió You´re so great también del repertorio de Blur, uno de los temas mas esperados de la noche. Poco antes se empezaba a notar la salida del respetable a tomar aire a la calle, todos volvieron a corear esta canción. El sufrimiento, debido al calor, tanto de Graham Coxon como del público era ya innegable.

 

La última parte del set estuvo compuesta por See a Better Day, In the Morning, Sorrow’;s Army, Song 2 (Blur) cerrando con Freakin’ Out. Lentes empañados, playeras empapadas, rostros deshidratados. La audiencia y el artista vivieron un viacrucis indie del cual nadie quería abortar, ambas partes aferradas. Pupilas brillantes que, durante dos horas, reaccionaron al compás de rock, folk, blues, pop y country; luchando por no desfallecer en el intento. Una velada íntima, emblemática, digna de recordar. Graham Coxon derramó nostalgia, y sudor, en el barrio.

*Por petición de Graham Coxon, no hubo acceso a fotografía de su show. Compartimos algunas que los usuarios tomaron para sus redes sociales.