¿Qué pasa cuando el pop decide romper sus propios moldes en lugar de repetirlos? Nace algo como el hyperpop: un género desbordado, brillante, irreverente y profundamente queer. Si nunca lo has escuchado, prepárate para una experiencia que no entra por la puerta de atrás: llega directo al centro del pecho y lo hace vibrar con sintetizadores que chirrían, voces alteradas y emociones sin filtro.

De la era del algoritmo, han brotado expresiones musicales al puro estilo de anomalías y otras que se vuelven trincheras. El hyperpop es ambas. Nacido en los márgenes digitales de la década pasada, este género (más actitud que estructura) se ha convertido en un refugio para disidencias sexuales, afectivas y sonoras. Aquí, la sobrecarga no es ruido: es lenguaje. Y la distorsión no es un defecto: es identidad.

hyperpop SOPHIE

 

Guía para entrarle al hyperpop, el género más queer de la década

Esta guía no pretende domesticar el hyperpop, sino ofrecerte un mapa para perderte a gusto. Porque a veces, para entender un nuevo sonido, primero hay que dejar de buscarle sentido.

El pop mutante que nació para romperlo todo

Hay géneros que nacen en las calles, otros en estudios de grabación. Pero el hyperpop nació en las entrañas de internet: entre foros, algoritmos y playlists con nombres imposibles. Es una música que suena como el futuro pero habla del presente, de cuerpos en transición, de identidades que no caben en etiquetas binarias, de un pop que decide estallar en lugar de encajar. Si nunca has escuchado hyperpop, prepárate: no es música para relajarte, es música para disolver el género en todas sus formas.

¿Qué es el hyperpop?

Surgido a mediados de la década de 2010, el hyperpop se vincula con la disquera británica PC Music, liderada por A. G. Cook, y con artistas como SOPHIE. Se caracteriza por ser exagerado, acelerado, digitalizado: mucho autotune, sintetizadores brillantes, beats rotos, voces distorsionadas, mayormente navegando en lo queer. Su lógica es maximalista: cuanto más artificial, mejor. No hay reglas claras. Es pop que se estira hasta romperse.

Pero también es un espacio de exploración emocional. En medio del caos sonoro hay confesiones íntimas, anhelos de pertenencia, gritos existenciales encapsulados en loops de tres minutos. El hyperpop abraza la sobrecarga como forma de expresión: si el mundo te exige que te moderes, el hyperpop te grita que te expandas.

¿Por qué es tan queer?

Desde su nacimiento, muchas de sus figuras centrales se identifican como trans, no binaries o queer. La distorsión vocal y sonora es una forma de reflejar el “ruido” de vivir fuera de la norma. El hyperpop subvierte el pop tradicional: si el pop vende deseo normado, el hyperpop grita deseos imposibles. La performance de género ocurre también en lo sonoro: la voz alterada como metáfora de la transición, del artificio del género.

Además, su lógica de comunidad rompe con el modelo de estrella pop hegemónica. Aquí, el underground se mezcla con el mainstream, y los fans se vuelven creadores. La identidad es fluida, la estética es DIY, la política es personal. Ser queer no es una estética opcional: es el núcleo.

Guía para escucharlo

Empieza por artistas como Charli XCX o Rina Sawayama si vienes del pop convencional. Luego explora a SOPHIE o 100 gecs para entrar en lo extremo. Recuerda: “no entenderlo” también es parte del juego. Esta música no quiere agradarte, quiere liberarte.

Crea tu propio mapa. Arma una playlist que combine hits suaves con himnos glitch. Reescucha. Baila frente a tu laptop. Analiza la letra. O ignórala. Déjate llevar. Aquí, la lógica lineal no manda.

Artistas esenciales para comenzar y obra recomendada

  • SOPHIE: Oil of Every Pearl’s Un-Insides (2018)

Una pionera del género, este disco es una explosión de texturas plásticas y brillantes.

  • 100 gecs: 1000 gecs (2019)

Caos sonoro lleno de humor, irreverencia y saturación

  • Arca: KiCk Series (2020/2021)

Futurismo, transhumanismo, glitchs, mutaciones y perreo latino

  • Dorian Electra: Flamboyant (2019)

Un material cargado de ironía y performance de género

  • Charli XCX: how i’m feeling now (2020)

La reina por excelencia. Este material es un imperdible para empezar

  • Rina Sawayama: SAWAYAMA (2020)

Metal- pop con sensibilidad Queer

¿Dónde se escucha? ¿Cómo se baila?

Mucho del hyperpop se movió primero en SoundCloud y luego en Spotify (incluso con una playlist oficial llamada “Hyperpop”). TikTok, Reddit y Discord han sido fundamentales para crear comunidad. No es un género de discoteca tradicional; se escucha en habitaciones con luces LED, en raves queer improvisadas, o en auriculares que acompañan el scroll nocturno.

No hay una forma “correcta” de bailarlo. Puedes saltar, llorar, menearte frente al espejo, o simplemente cerrar los ojos mientras el bajo sintético te atraviesa el pecho. Lo importante es la entrega emocional, no la técnica. Es una pista de baile para quienes nunca se sintieron cómodos en una.

Música queer para un mundo que ya no es binario

El hyperpop no busca la perfección: busca la verdad en lo que históricamente se nos ha dicho que esta deformado. Y en ese proceso, ofrece algo poderoso a quienes han sido mal vistos por la norma. Si eres parte de la disidencia o simplemente te interesa explorar los márgenes del sonido, esta no es solo una guía para escuchar un género; es una invitación a habitar un universo en donde tu rareza no necesita traducción.

Tal vez el mundo todavía no termina de asimilar al hyperpop. Pero eso es parte de su poder. Es la banda sonora de lo que existe en un contexto que mira siempre hacia el futuro, de eso que que apenas empieza a nombrarse. Y en esa promesa, hay una revolución en marcha, brillante, ruidosa e irrenunciablemente queer.