Holy Dose ??

En “Magik”, Holy Dose se lanza de lleno al caos con una descarga punk visceral y un espíritu electrónico sin filtros. La frase “I got a magik name but I don’t know what it is” funciona como un mantra en medio del frenesí, subrayando una identidad difusa y rebelde. La banda mezcla estructuras tradicionales del punk con sintetizadores agresivos, creando un terreno sonoro tenso pero magnético. Es una canción que no busca complacer, sino confrontar, mientras suena como si Nine Inch Nails se cruzara con el garage punk más crudo.

 

Batterfly ??

Con un nombre que es su propia antítesis, Batterfly presenta “powdeRoom”, una pieza tan esquiva como envolvente. Este dúo construye su identidad desde la fusión perfecta de dos fuerzas complementarias, generando una atmósfera de caos controlado que se mueve entre lo experimental y lo emocional. No es fácil etiquetarlos —y ese es el punto. Sus sonidos etéreos, distorsionados y emocionales fluyen con libertad, construyendo una experiencia sensorial más que una canción convencional.

 

Raven ??

La neerlandesa Raven se posiciona como una narradora sin máscaras, con “Knock Knock” ofreciendo un testimonio de vulnerabilidad y fuerza emocional. Su voz áspera pero íntima guía una instrumentación oscura y envolvente, mientras su estilo, entre el alt-pop y el indie electrónico, conecta con oyentes que buscan algo más allá del artificio. En colaboración con R. van der Plas, Raven logra una profundidad sonora que convierte cada canción en un espejo emocional: turbio, honesto y humano.