Fotos cortesía: Sergio Bautista / OCESA
Es la segunda vez que el inexpresivo británico visita nuestro país. Sin duda, su poco carisma con el público y esa actitud de ‘no-me-importa-nada’ son características apreciadas por los fans de Jake Bugg.
La cita en el José Cuervo Salón, se vio amenazada por un día de inmovilización nacional, sin embargo, factores determinantes se alinearon para dar paso a una noche de calidad musical, primero teloneada por Juan Cicerol, quien por poco más de media hora, interpretó varios éxitos como ‘Se Vale Soñar’.
Uno de las curiosidades de Cicerol fue el compartirnos un divertido cover de la canción ‘Sentimental’ del señor, Joan Sebastian.
A las 21:30 horas, comenzaba a sonar ‘Messed Up Kids’ para abrir paso al cantautor que haría del recinto su Shangri-La. Potentes acordes de su sublime guitarra, salían a la par de letras armoniosas que comenzaban a alegrar la noche.
Pero a pesar de comenzar su actuación, el ambiente de los asistentes era tenso, en parte por los sucesos que estaban marcando el día, y también por estar escuchando historias acerca de chicos de un barrio en su natal Clifton, un ambiente en el que la atención no estaba al cien con nuestro invitado.
Jake maneja en el escenario un estilo que nos remite a Bob Dylan o Neil Young, en el que, resguardado por su baterista y su bajista, interpretaba un deleite de su último material discográfico. Canciones como ‘Seen it All’ o ‘Trouble Town’ fueron coreadas y abrazadas por la gran calidad del concierto que ofrece.
‘A Song About Love’ resaltó la parte más artística de este cantante, Bugg nos hace estremecernos al escuchar su aguardientosa y cansada, pero hermosa voz. El escenario se iluminaba de diferentes colores para dar paso a las interpretaciones, de verde cuando comenzó ‘Green Man’.
‘Taste It’ fue una canción para provocar el furor de los asistentes y ponerlos a bailar, y tras una emotiva ovación al interpretar ‘Slumville Sunrise’ la noche comenzaba a llegar a su final.
Desgraciadamente, al tener una corta pero sólida carrera, en este tipo de conciertos es cierto que puedes escuchar muchos éxitos, pero pocas horas, tras una hora y veinte minutos la noche llegaba a su fin y Jake, para cerrar interpretaba una de las mejores canciones para los fans.
‘Lighting Bold’ y palmadas en el aire, fueron el gran cierre de la noche en la que, reafirmamos que aunque Jake no nos dé ni una sonrisa o una mirada amigable, nos hace sentirnos agradecidos ante tan buenas interpretaciones en vivo.
