Texto y fotografía por: Andrea Yael Frías Vielmas

Cabello de colores, ropa oscura, maquillaje intenso, y la mejor actitud para pasarla bien estuvieron presente esta noche de viernes en el Velódromo Olímpico de la Ciudad de México, dónde el pasado viernes, la banda Bielorrusa, Molchat Doma inundó el recinto de oscuridad y baile.

Así vivimos la noche, en compañía de los bielorrusos

El público gritaba desesperado y ansioso por poder ver la aparición de la actuación principal tan pronto como fuera posible, pero tuvieron que esperar un par de horas más. Aún así pudimos disfrutar de la gran repertorio de un Dj local y la talentosa cantante Riki que nos demostró su fuerza y vivacidad ante público que también fue a verla y disfrutar de su show.

El lugar se llenó de gritos y porras. “¡Molchat, Molchat, Molchat!”, y al apagarse las luces, se escucharon aún más exaltantes e impresionantes.

El espectáculo comenzó y los sonidos de sintetizadores, cuerdas de bajos, ritmo de cajas que caracteriza a Molchat Doma y la increíble iluminación al ritmo de las melodías hicieron retumbar a todo el recinto. Y es que ninguna canción hizo dejar de bailar a todos, hasta el gótico más rígido no pudo resistir bailar con esta gran presentación.

Cada que  el público escuchaba la gran voz de Shkutko hablando en español, no podían controlar sus emociones, escuchar el grito “¡Viva México cabrones!”, fue algo épico 

Ninguna canción del setlist hizo que el público perdiera la emoción cada que comenzaba y acababa cada uno de los temas. Grandes temas como Фильмы, Тоска, Танцевать o Клетка y todas los demás que conformaban el asombroso repertorio hicieron que la gente perdiera la cabeza. Es irresistible danzar al ritmo de esas tonadas que no pierden su toque sombrío y melancólico con sus letras.

La noche no pudo acabar de la mejor manera, pues el sonido que muchos esperaban comenzó, “Sudno” uno de sus más virales éxitos, puso aún más eufóricos y emocionados a los asistentes, pensando que era imposible estarlo mucho más.

La gran fuerza y presencia de cada uno de los integrantes en el escenario se hizo notar, y aunque todo fue más de lo que esperábamos, tan satisfactorio, nadie deseaba que terminara, todos querían seguir bailando hasta el amanecer, pero el gran final tuvo que llegar.

Molchat Doma no pudo estar más sorprendido y agradecido de la gran energía y entusiasmo de sus seguidores mexicanos. Sin duda, fue una experiencia que todos esperamos se vuelva a repetir.

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