Ir al cine o ver en casa una buena película del género de terror, con desquiciantes escenas de suspenso, siempre será una buena opción para pasar una tarde entre amigos o en familia y juntos… pues sufrir. ¡Sí, sufrir! Y no terminar defraudado.

Las hayas visto o no te presentaremos cinco películas súper escalofriantes, desde la década de los años 70 hasta el 2020, de la mano de sus antihéroes. Títulos que han marcado una época tal y como recoge una reciente infografía cinematográfica del casino en línea Betway.

Te preguntarás: ¿son ellos los indicados para engancharme con las tramas? Pues sí. Con su sarcasmo, mirada, tono de voz, su extraño comportamiento, pero, ante todo, con mucha crueldad harán de esos 60 o 90 minutos un interesante momento para conocer a fondo al “malo de la película”.

En la siguiente cuenta regresiva haremos un repaso de cinco famosos antihéroes que han marcado una época.

En el quinto lugar, los cinéfilos se lo otorgan a un divertido Deadpool, personajazo de Marvel. Este exmercenario vio su vida, y fisonomía, cambiar radicalmente al ser ‘conejillo’ de un experimento. Prometía librarlo del cáncer y terminó empoderado no solo de la pantalla. Su nueva faceta lo lleva a jurar venganza y va en busca de quien le trastocó sus días. A lo largo de la “peli” mata a muchos y el público espectador lo celebra. En la tabla de la crueldad, el antihéroe que encarna el actor Ryan Reynolds es nivel 2.

Una película de los 70 tiene al antihéroe de la lista de los más célebres. Un actorazo dio vida a Travis Bickle, en la famosísima cinta Taxi Driver. El largometraje vio la luz en 1976 y catapultó a Robert De Niro, dirigido por el no menos famoso Martín Scorsese. De Niro en la piel del inestable e iracundo Travis Bickle se presenta como un ser que volvió de Vietnam, con un pasado cargado de guerra a sus espaldas, y que, en Nueva York, sus pupilas, cada noche detrás de un volante de taxi se cargan de escenas de dolor, abusos y vicios. Un día, Travis Bickle decide tomar la sartén por el mango y busca de limpiar las calles de la Gran Manzana.

El tercer lugar se lo lleva el laureado Guasón o Joker de Joaquin Phoenix, el que sorprendió en febrero 2020 levantando su Oscar como mejor actor. El primero tras ser nominado por tercera vez en su carrera. El Arthur Fleck que encarna Phoenix se transforma en un enigmático payaso que no para de reír y esconde la personalidad de un psicópata “encantador”. Ante este Joker se desbordan en elogios todos los cinéfilos. La crueldad de este Joker llega al nivel 3. Una vida empujada por vicisitudes hacia una violenta explosión de autoaceptación… bien lo merece.

Como si de un medallero se tratara, la de plata es para el antihéroe de la película Naranja mecánica. De entrada, Alex Delarge, el personaje que asume en pantalla Malcolm McDowell es simple y llanamente un psicópata. No hay quien lo dude, sus ojos lo delatan. El nivel de crueldad de Delarge es grado 4… Una vida juvenil, desarrollada en Reino Unido, se va perdiendo en actos propios de azotes, que siembran el terror al estilo de pandillas y con la serie de abusos sexuales que va cometiendo.

Los desmanes y una mala pasada lo llevan tras las rejas por homicidio. Pagando su pena, Delarge trata de salir de esa vida de violencia sometiéndose a un traumático proceso que lo lleva a relacionar aquella vida salvaje con náuseas. Al salir de prisión, reducido y deambulando, es blanco de los ataques de aquellos que sufrieron por sus desmanes.

Y el primer lugar, la anhelada medalla de oro, de manera indiscutible es para Anthony Hopkins y su magistral interpretación del desquiciado Dr. Hannibal Lecter, en la cinta Dragón Rojo y luego en la laureada película El silencio de los inocentes.

Lecter es un asesino en serie y caníbal; pero un caníbal refinado, que marca al espectador por su manera de disfrutar el comer carne humana. Tiene su “carta gastronómica”; sabe que vino tomar si hay sesos y que las habas vienen bien al probar hígado… hígado de humanos.

No hay más nada que decir, para que se dé cuenta de que la crueldad de Lecter sobrepasó los límites.

Los cinco más malos en la historia del cine de suspenso