Lo que para unos es una noche inolvidable, para otros puede ser un mal día en la oficina, una tarde nublada o un presagio de la mala suerte: se truena el cuadro de tu bicicleta, se rompe la pantalla de tu celular, no te pagan lo debido o no llega la cámara para registrar el concierto de Os Mutantes en El Plaza la noche del miércoles 4 de julio.

Con un aforo a mitad de su capacidad, con trabajos para llegar a tal cifra, un público apagado, algunos brasileños entusiastas entre la audiencia, la legendaria agrupación brasileña tocó por segunda ocasión en México. Cierto es que Os Mutantes es una banda importante para el rock sesentero latinoamericano, cierto es que su revival fue inesperado, recibido con entusiasmo por los conocedores pero también lo es el hecho de que no han tenido la fuerza ni la contundencia de atrás tiempo.

Atrás han quedado los años de un pop psicodélico alegre, con letras frescas y rock guitarrero mugrosón comandado por Sergio Dias, a quien se le nota el evidente paso de los años que merman las capacidades físicas de forma notable, pero que reconfiguran de forma robusta el entusiasmo, la nobleza y la alegría. Con una agrupación renovada, los brasileños subieron a la tarima de El Plaza Condesa pasadas las 21:00 hrs. para hacer justicia a los dichos de Dias, quien dijo que la “venganza será monstruosa”, o algo parecido.

Medio lleno, medio vacío y desconectado: Os Mutantes en México

Desde los primeros acordes, el baile, las sonrisas y algunos coreos tímidos se hicieron presentes con más de hora y media de rock brasileño, ese que mama del pop británico pero que Sergio Dias ha sabido incorporar con soltura a los linderos festivos y polifónicos brasileños. Todo incorporado a un set equilibrado, que lo mismo abreva del repertorio nuevo que de los clásicos que los han hecho famosos.

Con un sonido que iba de más a menos, en donde Dias tuvo problemas con la afinación, luego con la memoria, hasta pasar por la rotunda conexión de su guitarra, hicieron que la presentación de Os Mutantes llevara una narrativa a la que si bien le costó la conección total con el público mexicano, logró alegrar a más de uno.

Medio lleno, medio vacío y desconectado: Os Mutantes en México

Así, Sergio Dias, Esmeria Bulgari en la voz, Henrique Peters en los teclados, Vinicius Junqueira en el bajo, la cantante y compositora inglesa Carly Bryant en guitarra, teclados y voz, y Claudio Tchernev en la batería, abrieron con “Virginia”, para luego dar paso a la bella “Tecnicolor”, seguida de las divertidas y cálidas “Fool Metal Jack”, “Cantor de Mambo”, “Desculpe, Babe”, “El Justicero” y la cábula “Bat Macumba”.

Dias y su banda se mostraba contento, afable, a ratos nervioso y a ratos entregado a sus solos guitarreros. La banda ejecutó sin dar tregua un potente set al que siguieron momentos increíbles con la poderosa “A Minha Menina”, “Top Top”, “Jardim “Elétrico” y “Balada do Louco”, cerrando uno de los momentos más entregados del show, uno que haría justicia al variopinto set que se diluyó en la desmemoria joven durante el festival Marvin de hace algunos años en nuestro país.

Sin duda uno de los momentos cumbres llegó con la psicodélica “Ando Meio Desligado” y la divertidísima “A Hora e a Vez do Cabelo Nascer”, rola que muchos mexicanos conociéramos primero con un cover que hiciera la banda metalera Sepultura hace ya algunas décadas.

Encore corto con “Panis et Cirsenses” y el cierre con cerrojo de peso con su multiafamada “Baby” dieron el final perfecto de 16 temas, en una noche variopinta, irregular pero memorable para varios de los asistentes a la noche del martes 4 de julio.

Sí, cierto es que Os Mutantes son muy importantes, quizás más en Brasil que en México, pero eso no quita el buen sabor de una noche con notas de guitarras con fuzz irredento e involuntario, un humor que muchas bandas actuales podrían aprender y un concierto que difícilmente se repetirá en esta ciudad. A veces, las noches memorables de unos son los sabores agridulces de otros. No hay más. Os Mutantes vivirá por siempre

Medio lleno, medio vacío y desconectado: Os Mutantes en México