Desde las profundidades creativas de Kyiv, Ucrania, surge Milktuth, un cuarteto que encarna el espíritu del bedroom pop con una sensibilidad melancólica propia del shoegaze. La banda reúne a integrantes de otros proyectos locales como Ai Laika y lisova, creando un universo sonoro íntimo, brumoso y profundamente emocional. Su música suena como si fuera escrita bajo la lluvia, en una habitación iluminada solo por una lámpara tenue.
En 2021, Milktuth presentó su primer EP, Easy, una colección breve pero poderosa que los introdujo como una propuesta honesta y atmosférica dentro del circuito independiente. Luego, en 2023, publicaron el sencillo Take Ten, reafirmando su compromiso con un sonido introspectivo y detalladamente producido.
Ahora, en 2025, la banda ucraniana regresa con su trabajo más sólido hasta la fecha: el EP What a Time to Be Alive, compuesto por cuatro canciones que abrazan la vulnerabilidad emocional en tiempos inciertos. Cada tema es una postal sonora que explora distintas capas de la experiencia humana con sutileza y profundidad.
Bad Habit
La apertura del EP, Bad Habit, es un acto de confesión. Con un ritmo hipnótico y guitarras envolventes, la canción se sumerge en el ciclo repetitivo de los errores emocionales. Milktuth canta al impulso incontrolable de volver a lo conocido, incluso cuando eso implica lastimarse. Es un track cargado de melancolía, pero también de belleza, como una herida que duele pero brilla bajo la luz adecuada.
Walk Alone
Walk Alone es un refugio para quienes caminan en soledad. Su progresión sutil de guitarras y susurros vocales nos envuelve en una sensación de aislamiento pacífico. Lejos del drama, la canción fluye como un paseo solitario entre pensamientos, donde cada paso resuena en una ciudad vacía. Milktuth transforma el acto de estar solo en una experiencia sonora envolvente, íntima, casi meditativa.
After Eight
Con After Eight, el cuarteto ucraniano se desliza hacia un terreno más contemplativo. Aquí, los elementos electrónicos se funden con armonías tenues para evocar ese momento posterior a una catarsis emocional. Es la banda sonora de lo no dicho, del silencio tras una conversación que cambia todo. Hay una sensación de tiempo suspendido, como si cada nota fuera una respiración contenida.
What a Time to Be Alive
Cerrando el EP, la canción homónima What a Time to Be Alive funciona como un suave epílogo. Lejos del cinismo que podría implicar su título, el tema reflexiona con nostalgia sobre el ahora, entre suspiros sonoros y capas que se deshacen lentamente. Es una canción que parece mirar al mundo desde una ventana empañada, sin certezas, pero con una sensibilidad a flor de piel.