Este 10 de julio, las Noches Hipnosis vuelven a latir en la Sala B del Foro Indie Rocks!, convirtiendo el corazón de la Ciudad de México en un crisol de emociones densas, distorsión etérea y exploraciones sonoras que desafían la lógica del mainstream. En esta nueva edición, el ciclo de conciertos presenta un tríptico de talento emergente que promete renovar la fe en la música independiente: Pájaros Vampiro, Leoguzpe y El Ruido Inmersivo de los Sueños.
Lejos de buscar la validación de algoritmos o tendencias, Pájaros Vampiro llega con una premisa clara: hacer música por el puro goce creativo. Su shoegaze de bordes punks y lírica afilada encuentra su mejor versión en Se Hace Así, su nuevo material discográfico, que será presentado oficialmente esta noche. En sus palabras: “No nos importa ser una banda de moda… mucha gente persigue el éxito con sus canciones y busca ser tendencia, creo que ahí es cuando se pierde la magia de la música”. Una declaración de principios que, en el escenario, se convierte en un acto de resistencia.
Acompañando esta noche, Leoguzpe trae consigo una propuesta tan libre como inclasificable. Este joven músico independiente ha encontrado su voz explorando sin miedo los márgenes de distintos géneros, siempre con la sensibilidad como brújula. Qué rico es ver llover y no mojarse es más que un título evocador: es un manifiesto sonoro que fluye como un diario íntimo envuelto en texturas suaves y juegos rítmicos inesperados.
Finalmente, el viaje sensorial se completa con El Ruido Inmersivo de los Sueños, un proyecto que hace honor a su nombre: reverberaciones, drones y capas hipnóticas que no solo se escuchan, sino que se habitan. Su propuesta no es simplemente musical, sino casi espiritual, creando paisajes que conectan con lo profundo de la psique, como si cada sonido respirara al ritmo del inconsciente colectivo.
Las Noches Hipnosis siguen siendo una plataforma para lo arriesgado, lo vulnerable, lo atmosférico. Este 10 de julio, el arte de sumergirse en la música encuentra tres nuevas voces que no piden permiso para sentirse, solo necesitan que estés ahí.
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