“Hay una conjunción de planetas que está cargando la energía de la tierra, así que no sería raro que hoy todo se vuelva muy explosivo”. Así lo sentenciaba mi cuñada mientras nos preparabamos para la fuga en dirección al Pepsi Center dónde horas más tarde estaría presentandose The Mars Volta.

Lo anterior dicho, aunado a la situación que se ha estado viviendo en torno a don Goyo en estos últimos días fue más que suficiente para convencerme de que definitivamente algo en los astros también podría tener su parte dentro de toda esta serie de coincidencias y acontecimientos que venían sacudiendo los alrededores de un volcán que parece querer despertar y con el concierto cerca, todo podría pasar. De cualquier manera, confirmo que desde el inicio de aquel día, se podía sentir que había algo ominoso pero igualmente bello al acecho, algo para lo que cualquier razón estrictamente científica sale sobrando.

Creo que si algo se ha repetido una y otra vez en la trayectoria de The Mars Volta es justamente eso; las coincidencias que guardan una suerte de relación o aura misteriosa e inexplicable para las que la única opción sería atribuirselo a influencias que escapan a este mundo, a este plano, cosas que simplemente ocurren por muy increíbles que estas parezcan. Desde las historias que han servido de “musas” para la dupla de Omar y Cedric, hasta las narraciones y estructuras musicales complejisimas que les caracterizan, pues estoy segura que más de uno se ha preguntado ¿De dónde carajos sacan todo lo que hacen y por qué a veces no suena a un producto terrícola? En fin.

The Mars Volta
Foto: Ocesa/Lulu Urdapilleta

Crónica de una serie de eventos extraños: así viví el concierto de The Mars Volta

Justamente cuando se anunciaba que TMV regresaría a la cedemequis” para terminar lo que comenzaron en el Festival Hipnosis, yo estaba por irme a vivir a otro estado, así que, aunque todavía no me iba, ya estaba pensando en cómo le haríamos para volver y luego dias previos al show, lo que ya todos sabemos: Goyito. Pues nada, tuvimos que permanecer en alerta por cualquier situación extraordinaria.

Llega el 24 de mayo, debíamos estar por lo menos en punto del mediodía para empezar el proceso de abordaje, 15 minutos antes de llegar al aeropuerto nos damos cuenta que la tarjeta con la que habíamos realizado la compra de los boletos y que obviamente necesitábamos no la teníamos con nosotros. Está de más decir que empleamos todos los métodos disponibles a nuestro alcance para lograr lo imposible. Creo que jamás había corrido tanto como lo hice aquel día, con el rush de adrenalina a tope y un incipiente ataque de ansiedad, convencí a mi cuerpo de que debía llevar sus capacidades al límite y hacer como que no estaba acostumbrada a una vida sedentaria, de eso dependía el giro de esa noche.  “Rápido, rápido que se les va”, gritó un señor metiche mientras yo luchaba para no sacar las tripas.

No sé cómo, pero estiramos el tiempo de una manera que aún no puedo explicar y es neta cuando digo que realmente no logro entender que pasó, pero llegamos derrapando a unirnos con la fila que ya se encontraba abordando y con la incredulidad de realmente haberlo logrado. “Este concierto va a tener que ser épico”

Al llegar a la ciudad, el clima amenazaba con volverse una tormenta, sin embargo, tampoco pasó. Llegamos al venue y el sitio comenzó a llenarse poco a poco. Teri, hizo lo suyo, cautivando a la audiencia con su seductora voz, con la pasión ardiente que desborda el corazón de una showgirl de sentimientos a flor de piel. Tanto a mi pareja como a mi cuñada les gustó su trip, a lo que yo aporté “deberían escucharla en su primer proyecto, Le Butcherettes, es una chingonería. Teri se despide y deja el camino bien peinado para lo que vendría, la misa, dije yo.

Conocí a The Mars Volta durante la preparatoria y me hice del Relationship Of Command de At The Drive-In, de ahí me adentré más al universo de esos dos afros de movimientos convulsos cuyos shows en vivo eran como una representación del funcionamiento de la energía nuclear: muchos elementos inestables en un ambiente controlado.

The Mars Volta

Las luces se apagaron y la misa dio inicio con “Vicarious Atonement”, tal y como ocurrió en el Hipnosis. La audiencia se dejó empapar por el halo seductor con el que el tema abre para protegernos de una ira que amenazaba más allá de lo terrenal. A esto le siguió el frenesí de “Roulette Dares” para comenzar el proceso de soltura, posteriormente empezamos a adentrarnos a los puntos fuertes del viaje con “L’Vía L’Viaquez”, dónde la banda deslumbró con su cadencia y sabor latino que los caracteriza y en donde se desplegaron los hilos de caos sonoro meticulosamente diseñados que nos amarraron para llevarnos en el proceso ceremonial. Sí, hablo del jammeo e improvisación caótica, que en realidad estaba demasiado bien medido como para siquiera pensar que se trataba del azar. Hubo un gran dominio del caos y si pusieron atención a lo que dije antes, ocurre tal como la energía nuclear y eso es algo que la dupla ha ido perfeccionando a lo largo de sus eminentes carreras.

 

Desde mi perspectiva el concierto se dividió en fases que consistieron en proteger, preparar, exorcizar, purificar y aceptar, tal como el momento en Cygnus… Vismund Cygnus que todos gritaban “Salte veneno, salte de aquí”

A lo largo de 12 canciones nos dieron un recorrido que giró en torno al principio: De-Loused In The Comatorium y Frances The Mute, los primeros materiales con los que los conocimos, pero también dejando espacio para algunos temas de su más reciente álbum homónimo.

Una noche de invocaciones y exorcismos, de amenazas y protecciones, en la que cada asistente pudo conectar a profundidad con cada tema y a quienes evidentemente les une un lazo muy especial, tocando en lo más profundo de las fibras y puertas de la percepción.

The Mars Volta

Abrazar el paso del tiempo y con ello el caos interno para aprender a domesticarlo, es algo que Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala han ido trabajando desde At The Drive- In y pasando por las múltiples transformaciones que marcaron eras en The Mars Volta, queda claro que este ha sido un proceso constante de llevar los extremos hasta un punto de no retorno.

Las cosas han cambiado, atrás quedaron los shows de saltos extremos y espasmos frenéticos. Me atrevo a decir que el proyecto ha pasado a tener una relación casi paternal con su público. A los dos se les ve felices y eso como audiencia también le llena.

Así pues al Pepsi Center lo inundaron los sonidos de uno de los mejores proyectos que ha visto la música contemporánea, al tiempo en que la tierra nos tenía con las alertas encendidas y la necesidad de liberación y seguridad ante lo impredecible era más que requerida.

Es verdad que aunque el futuro siempre será incierto, y no sabemos si este show dará pie para otras visitas más adelante o sencillamente se trata de un adiós, lo de este miércoles fue sin lugar a dudas uno de los MEJORES eventos que ha traído este 2023 y algo que, pese a todo, no pudo salir de mejor manera. Amén.

Un saludo para toda la banda de la escena del math rock que nos topamos ahí y también a la que no.

Aquí el setlist

  • Vicarious Atonement
  • Roulette Dares (The Haunt Of)
  • L’Via L’Viaquez
  • Graveyard Love
  • Cygnus….Vismund Cygnus
  • Shore Story
  • Cicatriz ESP
  • Televators
  • Drunkship of Lanterns
  • The Widow
  • Son et lumiere
  • Inertiatic ESP