Escrita por César Granados.
Hurry Up Tomorrow, el debut cinematográfico como protagonista de Abel Tesfaye (mejor conocido como The Weeknd), es una desastrosa amalgama de pretensiones artísticas y ejecución fallida. Dirigida por un equipo que claramente sobrestimó tanto la historia como a su estrella, la cinta intenta ser una exploración profunda del trauma, el amor perdido y la desintegración mental. Sin embargo, lo que ofrece es una experiencia tediosa, incoherente y carente de emociones genuinas, marcada principalmente por la paupérrima actuación de Tesfaye.
Desde los primeros minutos, queda claro que Abel no tiene el rango ni la presencia escénica para sostener el peso de un protagonista dramático. Su rostro, casi permanentemente inexpresivo, no logra transmitir el más mínimo matiz emocional. En escenas que demandan angustia, confusión o pasión, lo único que ofrece es una mirada vacía y frases recitadas como si estuviera ensayando frente a un espejo, sin convicción ni conexión con su personaje. Su interpretación es tan plana que incluso los momentos más tensos del guion —cuando su personaje se enfrenta a la pérdida, a sí mismo o a la traición— se sienten artificiales y desconectados.
Lo peor es que la película parece estructurada exclusivamente para él, como si se tratara de una larga sesión de video musical mal editada. La cámara lo sigue con una devoción casi ridícula, en tomas prolongadas y estilizadas que no hacen más que acentuar su falta de carisma actoral. Incluso cuando comparte pantalla con actores secundarios claramente más capacitados, su presencia desvanece la energía de las escenas, transformándolas en momentos forzados, incómodos y carentes de autenticidad.
El guion tampoco ayuda. Aunque intenta explorar temáticas interesantes, como la identidad, la obsesión y el aislamiento emocional, lo hace con diálogos torpes y simbolismos pretenciosos que terminan por enterrar cualquier posibilidad de empatía o reflexión. Las metáforas visuales —muchas de ellas sacadas directamente del manual del cine estudiantil— no hacen más que reforzar la idea de que Hurry Up Tomorrow es un experimento fallido que jamás debió salir del papel.
En resumen, Hurry Up Tomorrow es una película que fracasa en todos los niveles. Pero su mayor defecto es, sin duda, la elección de Abel Tesfaye como protagonista. Lo que podría haber sido una exploración cruda e intensa de la psique humana se convierte en una pasarela sin emoción ni talento. El resultado: una hora y cuarenta minutos de pura frustración cinematográfica.
Queremos agradecer de nuevo a nuestros amigos de +Que Cine y Corazón Films por la invitación. La película estrena hoy en Cinépolis.