1985 fue un año sorprendente y caótico en todos los ámbitos, pero en la cuestión musical se trató de uno de los mejores, pues salieron a la luz grandes joyas como el disco Psychocandy de los escoceses The Jesus and Mary Chain, los cuales pasaron de ser una banda desapercibida a ser el centro de atención gracias a este trabajo.

Psychocandy: El genial debut de The Jesus and Mary Chain

El combo creado por los hermanos William y Jim Reid mostraba fuertes influencias de The Velvet Underground con un toque de post punk, a pesar de que ya habían lanzado tímidamente tres singles con los que no pasó nada. Pero este álbum resultó ser tan bueno que no por nada forma parte del libro 1001 Discos que hay que escuchar antes de morir de Robert Dimery.

Psychocandy abre con Just Like Honey, canción cuyo inicio aplicó el Muro de sonido, una técnica creada por Phil Spector en la década de los sesenta y es ubicada por el clásico Be my baby de The Ronettes. A partir de este primer track, los temas parecen ir conectados sin pausa alguna gracias al ritmo y sonido tan característico que desprende; sin olvidar su atmósfera que da la sensación de estar relacionada con las drogas (la canción You Trip Me Up es el ejemplo más claro), suposición que resultó ser correcta porque los músicos reconocieron haber consumido LSD y anfetaminas cuando grabaron este material.

Son catorce temas cortos (en su mayoría) los que conforman este LP, de los que se destacan The Living End, Taste the Floor, Never Understand e Inside Me. En los que se pueden apreciar tintes un poco psicodélico hasta góticos.

Psychocandy se convirtió en una alternativa para quienes buscaban escapar del synthpop, el pop colorido o el rock más pesado, pues mostraba una manera diferente de hacer un estilo musical que influyó en el shoegaze, dream pop o hasta en el indie, pero sobre todo a los muchos proyectos que han aparecido por todo el mundo en los últimos años.