El año era 1995, en aquel entonces todavía podría considerarse a Radiohead como una banda emergente del montón con un disco bastante regular a cuestas y expectativas a su alrededor que no eran precisamente las más favorables. Sin embargo, llegada la mitad de la década y contra toda suposición, la banda inglesa lograría concebir un obra de cambio y permanencia que fue la piedra angular de un sonido que nos sacudiría a todos. “The Bends”, que llegó como la secuela de un no muy afortunado “Pablo Honey” del cual lo único rescatable fue su famosísimo sencillo “Creep”, el track “incómodo” de la agrupación que por mucho tiempo amenazó con devorarlos tal y como ha ocurrido con muchos otros proyectos de one hit wonders y fama efímera. “The Bends” llegaría a salvarles de aquella sentencia.
Con la batuta en manos de John Leckie y el incipiente genio de Nigel Godrich, Radiohead diseño un sonido nuevo para el que la sofisticación y experimentación eran las nuevas reglas del juego, donde cada nota, cada silencio, los llevó por aguas cada vez más profundas y turbulentas, en un afán de navegar lejos de las etiquetas que les genero su carta de presentación.
Y es que parte de la esencia del disco se encuentra en la presión de la fama rápida, un ascenso vertiginoso que Thom Yorke comparó con la enfermedad de descompresión. Esta metáfora fue perfecta para el título del álbum, revelando la vulnerabilidad y los desafíos a los que la banda se tuvo que enfrentar, buscando una inclinación hacia el art rock y colocándolos en el centro de un nuevo sonido, logrando ese contraste dramático entre lo nuevo y lo que previamente se conocía de ellos.
The Bends resalta por su capacidad de conjugar lo experimental con lo accesible y esto es notorio en canciones como “High and Dry”, “My Iron Lung” y “Street Spirit (Fade Out)” claros ejemplos de una banda en plena metamorfosis con una evidente habilidad para abordar las complejidades emocionales y creativas, dibujando belleza dentro del caos, anticipando el camino hacia un estilo más experimental que definiría su obra futura.
¿Jeff Buckley en The Bends?
La influencia de Jeff Buckley, tocó el alma de Thom Yorke durante el show de su colega desaparecido, esto inspiraría el legendario “Fake Plastic Trees”, especialmente ayudó a trabajar el falsete de Yorke, y a su vez, también serviría de base para futuras bandas como Muse o Coldplay.
Buckley, aunque ausente, sembró semillas en grandes obras contemporáneas.
Romper con todo pronóstico
Un álbum no solo marcó la despedida de Radiohead de la sombra omnipresente de “Creep”, también se adentró en el alma de una época, influenciando la música de las décadas siguientes y consolidando su legado como pioneros del rock alternativo contemporáneo y pilar fundamental de los años 90, resonando a través del tiempo y el espacio.
