Ni la Doña, José Alfredo o Pedro Infante. México no tiene memoria de un artista más impresionante, un compositor así de consistente y un personaje tan oscuro, controvertido y respetado a partes iguales que El Divo de Juárez.

Juan Gabriel cumple dos años de fallecido y el tiempo pasó volando pero también con pesar para todos los que lo amaron, que no son pocos. La gente le lloró; cantamos sus canciones con fruición por décadas mientras estuvo vivo, en el momento de su muerte, y hoy más que nunca.

Ante el ruido mediático y la saturación de homenajes sin pies ni cabeza en la televisión, algunos han dicho que será José José o Luis Miguel quienes ocuparán ese tamaño de repercusión musical y cultural. Tememos desilusionarlos, y aunque El Príncipe y El Sol son dos grandes intérpretes, ninguno tenía el nivel de composición y versatilidad en sus canciones, y lejos estaban de entablar un carisma tan genuino, que abrevara todas las aristas del mexicano.

Sí, Juan Gabriel vino a poner en relieve el México aspiracional, la idiosincrasia dolida y del esfuerzo proveniente del campo que tanto nos define. Pero también el sesgo oscuro, pachanguero, ilegal en plan discreto y profusamente gay obviándolo. Juan Gabriel será grande siempre, él mismo lo dijo en una de sus últimas entrevistas: “La gente buena se va al cielo, la mala al infierno, pero los que son como yo se van a todas partes”.

Un despropósito total serán las fiestas, los tracks, las recopilaciones exhaustivas de petatiux carísimas, las biografías no autorizadas y los chismes familiares, amorosos y de dinero. Mientras muchos siguen pensando que las canciones del Divo fueron hechas para hacerse el maricón mexicanito en las pedas, algunos le seguirán escarbando a su gran etapa chicana, a su lado pop, a su ranchero afeminado y sobre todo a su enorme nivel de orquestación, arreglos y producción.

Algunos alternativones seguirán pensando que no, que Juanga no es importante. Tan sólo los que han sugerido que es nuestro Morrissey o Scott Walker local con humor, saben en el fondo que se quedan cortos. Que personas como Juan Gabriel viven para siempre, que sus canciones no se olvidan y que son el corpus más importante no se olvidan. Alberto: no te extrañamos, nunca lo hicimos, te seguiremos escuchando, con tu voz joven y tu potencia histriónica. Gracias Juan Gabriel.

Hoy se cumplen 3 años de su partida pero aquí te dejamos algunas razones para no extrañar al Divo de Juárez, pues vive en nuestros corazones

 

1. Imagina que tienes 13 años y compones tu primer hit. No sólo lo escribes, tocas e interpretas una canción enorme, sino que nunca la sueltas a lo largo de tu carrera. ¿A los 13 años, qué andaba haciendo tu artista mexicano favorito?

 

2. Pocos como él: preso de Lecumberri, mojado campesino, chicano sensible en los setenta… un hombre de amor excepcional.

 

3. Juan Gabriel tenía canciones que hacían grande a otros (Verónica Castro), tenía esa luz de iluminar. Pero cuando él las tomaba, el principio de la fuerza cobraba vida propia.

 

4. Este momento de Alberto es brutal. Llámenle a todos los poperos británicos o estadounidenses que se las dan de folkish-revival con sus ínfulas bubble gum sentidas, y que vengan a escuchar este portento de rola.

https://www.youtube.com/watch?v=Vv-GP87ODcQ

 

5. La influencia norteña, las ínfulas disco y el pop más sensualón hicieron de Juan Gabriel un portento versátil, ágil y sumamente vibrante. Quien se aprenda a la primera este rolón seguro tiene un lugar privilegiado entre sus iguales. Hasta ahora no ha salido ninguno.

 

6. Aquí podemos apreciar a Juan Gabriel en la mera cima, en pleno ejercicio de su pinche poderío, manejando músicos, escenario y al público por igual a su antojo. En el bolsillo. A la fecha, ni El Divo ni nadie más ha superado este momento, en el que el dolor y dramatismo mudan al goce y a la sensualidad, con diversos niveles de intensidad y humor sonoro. El mejor momento, sin duda.

 

7. Esta canción es un emblema del pináculo, el principio del fin y el momento musical más barroco. Mil canciones en una, orquestación fastuosa. Después de esto todo fue sólo defender y cosechar lo ya hecho. Pero en cuanto a canciones y conciertos se refiere, nunca volvimos a ver un nivel de estos vuelos. Para muchos, la carrera de Juan Gabriel bien pudo terminar aquí.

 

8. Algunos piensan que lo perdimos, que se había deschavetado por completo, pero las licencias de un grande no conocen límites. ¿Cuántos de tus artistas favoritos pueden hacer el ridículo, con doble de acción en el video incluído, y salir ileso, o mejor aún, más encumbrado que nunca?

 

9. Clásico, premonitorio, contemporáneo y explosivo. Así o más claro: las despedidas duelen, pero hay que encararlas.

 

10. Duplas que se comparten. Decíamos lo de la luz que ilumina a otros. En tema de mujeres y carreras musicales donde pesa Juan Gabriel, seguramente Rocío Durcal tuvo mucho que decir. Enormes.

 

Te dejamos un playlist dedicado al divo de Juárez