En el vibrante universo musical donde el indie jazz y el R&B convergen, destaca con inconfundible maestría Busty and the Bass. Este colectivo, navegando junto a luminarias como Hiatus Kaiyote y Thundercat, ha forjado un camino resonante que atrae tanto a leyendas como Neal Pogue y George Clinton como a contemporáneos premiados como Pierre Kwenders.

Su tercer álbum, “Forever Never Cares”, se erige como una odisea sonora que fusiona soul, funk, jazz y ritmos de baile. A medida que exploras sus notas, te sumerges en un viaje impredecible, siempre culminando en una gratificante sorpresa.

Busty and the Bass deslumbra con "Forever Never Cares

Alistair Blue, tecladista y voz del grupo, describe el álbum como un amable recordatorio de soltar el apego, un llamado a dejar atrás las pequeñeces que nos obsesionan y abrazar la incertidumbre. Es un testimonio sonoro de la madurez de la banda, un reflejo de sus 10 años de altibajos, de miembros que llegan y parten, pero también, según Christopher Vincent, miembro fundador y ingeniero del álbum, es la cristalización de su búsqueda constante a lo largo de los años.

“Forever Never Cares” no solo resuena con ecos de eras pasadas, sino que también proyecta una frescura completamente moderna. Con interpretaciones dinámicas en vivo, arreglos expansivos y una gama vocal que abarca desde la expresividad sincera de Alistair Blu hasta el falsete celestial de Jordan Brown, la sensualidad ahumada de Katie Tupper, la potencia de Son Little y la alegría contagiosa de Magi Merlin, el álbum es una sinfonía de talento y evolución.

En este trabajo, Busty and the Bass no solo ofrece música, sino una experiencia sonora que invita a la reflexión y la liberación. “Forever Never Cares” se presenta como el magistral resultado de una década de exploración musical y colaboración, consolidando la posición del colectivo como una fuerza ineludible en el panorama musical actual.