Si eres fan de géneros musicales como el post punk seguramente conoces Eisbär, una canción bailable de tintes electrónicos oscuros súper ochentera que hizo el trío suizo Grauzone y que en eventos de música underground de la CDMX nunca puede faltar.

La canción que tardó décadas en ser popular

Eisbär tiene una letra simple en alemán pero que parece curiosa, pues trata de un hombre al que le gustaría ser un oso polar (Eisbär en alemán) para no gritar ni tener que llorar nunca más. A pesar de su lírica tan triste y repetitiva, al escuchar su ritmo dan ganas de moverse y entrar en ambiente. Cabe señalar que este single publicado en 1981 logró colarse en las listas de popularidad de Alemania y Austria, en el chart germano alcanzó la posición 12 mientras en el del otro país llegó a un muy decente número seis, otro lugar donde se editó fue España pero al parecer ahí no tuvo mucho impacto que digamos.

Grauzone se disolvió en 1982, la banda prácticamente duró un suspiro, además cada integrante tomó su camino. El único que siguió en el mundo de la música fue Stephan Eicher, quien se convirtió en solista y actualmente es famoso y consagrado rockero en su natal Suiza.

En su momento Eisbär pasó desapercibida en la mayor parte del mundo y fue hasta la época actual que gracias a internet pudo ser conocida masivamente, eso provocó que surgiera un interés a esta desconocida banda llamada Grauzone, la cual sonaba muy genial e incluso es muy covereada. Entre los grupos que le han rendido tributo podemos mencionar a los franceses Nouvelle Vague The Dresden Dolls.

Debido a su resurgimiento comenzaron a lanzarse reediciones del sencillo y todo el material que grabaron estos europeos en su cortísima trayectoria. Por si fuera poco, alcanzaron el estatus de culto, un término que muchas ocasiones es mal visto, mientras que otros lo valoran.