Actualmente es de lo más normal que los cantantes y bandas se presenten en todo el mundo e incluso en países con gobiernos no muy democráticos que digamos (como el show en Cuba de The Rolling Stones en 2016), pero en la época de la Guerra Fría el rock y la política estaban completamente peleados.

El aventurado tour de Elton John en la URSS

A finales de los años setenta Elton John se encontraba en la cúspide de su carrera y lanzaba el disco A Single Man. En 1979 se le ocurrió realizar una gira mundial en la que únicamente se presentaría en compañía de su inseparable piano y un percusionista. Pero eso no fue todo, también pensó que sería buena idea tocar en países a los que nunca había actuado, por lo que incluyó fechas en Francia, España, Irlanda, Israel y la extinta Unión Soviética.

El rock en la URSS estaba considera como algo yankee y súper prohibido (aunque existieron bandas soviéticas de rock, las cuales tenían que hacerse de una licencia que el gobierno les daba para avalarlas). La situación era tan extrema al grado de que se tenía una lista negra de artistas occidentales que no podían se escuchados. Teniendo conocimiento de la situación con la música del lado capitalista, el intérprete de Rocket Man acudió a la embajada de la Unión Soviética en Reino Unido para informarse sobre los requisitos que se necesitaban para presentarse en aquella parte del planeta conocida también como El telón de hierro, pero no tuvo problema alguno porque la única condición que le pusieron fue que un diplomático acudiría a ver un concierto suyo para aprobar o no su mini tour, cosa que finalmente pasó con buenos resultados.

Elton John arribó con mucho nerviosismo el 20 de mayo de 1979, la pequeña gira solo pasó por Lenningrado (ahora San Petesburgo) del 21 al 24 de mayo y en Moscú tuvo recitales del 25 al 28 de mayo. Para estas actuaciones el originario de Middlesex llegó a interpretar Concierto en piano no. 1 de Tchaikovsky y Medianoche en Moscú para intentar romper el hielo entre el público tan temeroso que se podía percibir debido a la presencia de militares que vigilaban el espectáculo, pero su alegre cover de Back in the USSR de The Beatles ocasionó que la gente reaccionara positivamente y hasta gritaran de emoción, algo que según el cantante le aconsejaron que no lo hiciera y que al final terminó no importándole.

El británico también hizo un poco de turismo, pues visitó La Plaza Roja, presenció el cambio de guardia frente al Mausoleo de Lennin, acudió a un partido de fútbol del Dynamo de Moscú y fue a la construcción de un estadio que serviría para las entonces próximas olimpiadas de 1980. A pesar de que su trabajo solo era conocido a través de la piratería, su talento y carisma demostrado durante el mini tour le hicieron ganar el cariño del pueblo ruso. De hecho, hay quienes aseguran que este curioso acontecimiento sirvió para calmar un poco la tensa relación con occidente.