@AnaGoWithHim

Desde el inicio de los tiempos, la crítica e intolerancia de diversas situaciones ha existido y en pleno siglo 21, a pesar de los avances tecnológicos y de una apertura social en incremento, todavía se sigue tachando o señalando a ciertos sectores, los seres humanos seguimos cerrados a nuevas eras.

En la música también se sufre de esto, en la actualidad, existe una gran variedad de géneros musicales, los nunca antes imaginados, incluso cada uno perteneciente a diversas tribus urbanas, encontramos de lo más obscuro hasta lo más ridículo del mundo.

Música gótica, ska, reggae, tribal, bachata, underground, mainstream, reggaeton, cumbia, charanga, y un sin fin más de géneros son los que nos rodean hoy en día, pero, a pesar de ser personas en progreso seguimos criticando, discriminando y satanizando lo nuevo, lo desconocido.

Pero todo eso no es nuevo, viene desde mucho antes. Tomemos como ejemplo la cinta “Detroit Rock City”, en donde nos muestra la intolerancia y falta de libertad de expresión que se vivía en ese entonces, las personas tenían que seguir reglas y normas de conducta, la religión, los padres de familia, educadores y todos aquellos que eran de época antigua estaban en contra de la nueva era de la música, les asustaba lo nuevo, tenían temor al cambio.

En los años 70’s, con la llegada del “Glam Rock”, el desacuerdo de la sociedad hizo que el mundo pareciera un caos, ya que este género musical tenía como antecedente el “Rock Psicodélico”, en el que la voz y sonido estaba asociado a sustancias psicoactivas como la marihuana, la mezcalina o el LSD, lo que provocaba temor a las personas ajenas a esta música.

Maquillaje en exceso, vestimenta extravagante y actitudes rudas, son características que definían a aquellos músicos de “Glam Rock”, en donde la música y la estética iban de la mano, utilizar recursos femeninos no estaba mal visto y la actitud descarada y provocativa era el porte perfecto.

Algunos de sus pioneros y máximos exponentes son David BowieRoxy Music, Sweet, SladeDavid Essex, Queen, KissThe Rolling Stones, personajes que sin duda han trascendido en la historia de la música.

David Bowie era satanizado, cuestionaban su forma de actuar y vestir, pero hoy en día, la moda masculina ha dado un giro de 360 grados, ahora se usa pantalones y playeras ajustadas, maquillaje, tintes de pelo. Su influencia trascendió a niveles en los que el machismo dejó de tomar en cuenta esta iniciativa femenina en la moda varonil, ya nadie siquiera se percata de eso.

El mensaje más importante es el de romper paradigmas, si bien, es cierto que no se puede en su totalidad ser auténtico, se puede innovar en la iniciativa de crear o hacer algo diferente por su contexto, rebelarte ante la opresión, finalmente la música en general es un arma cargada de futuro, expresa y fomenta la libertad y he ahí la influencia que marcó el legado de las bandas como Kiss, que hicieron apertura a la aceptación de un género diferente sin tabúes.

Se hacían manifestaciones y movimientos en contra de los creadores de la música del diablo, se reprimía a los jóvenes y se les prohibía expresarse libremente. Pero, ¿qué sería del mundo sin música tan reventada, extravagante, polémica y divertida como lo es el rock en todas sus derivaciones?

La música se hizo para expresar sentimientos, emociones y sensaciones, siempre habrá una canción para demostrar amor, cariño, odio, desamor, maldad, muerte, dolor, felicidad, tristeza, cachondes, lujuria, excitación, perversión, etc., una infinidad de cosas que muchas veces el ser humano no  es capaz de hacerlo.

Entonces, ¿por qué la música tendría que ser mala? Si retomamos a Enrique Guzmán, Elvis Presley, Pimpinela, Chuck BerryLupita D’Alessio, Timbiriche, incluso los propios Beatles, a mucha gente no les parecerá buena música, pero al fin de todo cada uno tiene su propio público.