Alex Garland, un director menospreciado capaz de generar y desarrollar ideas increíbles y luego ponerlas en escena de una manera muy efectiva (y que está detrás de joyas como Ex Machina, 28 Días Después, DEVS y Aniquilación), nos vuelve a sorprender con Civil War, una exploración visceral y aterradora de los demonios que corroen a una sociedad al borde del abismo.

 

Alejándose de los tópicos de ciencia ficción que acostumbra, Garland ofrece una narrativa densa y confusa, alternando entre momentos de calma tensa, imágenes estáticas que simulan un tiro de cámara de sus protagonistas, paisajes distópicos dignos de una road movie y escenas de violencia extrema.

Civil War

Civil War: un viaje a través del horror y la desolación

Acompañados por una banda sonora con Suicide (gritos desgarradores que se convierten en un eco del dolor y confusión) a la cabeza, somos testigos de la desolación y el salvajismo que envuelven a un Estados Unidos fragmentado y alimentado por el miedo y el odio. La crudeza del diseño de sonido, sin adornos ni concesiones, nos hace sentir el estruendo de las balas, el crujir de los escombros y la agonía de los gritos, creando una atmósfera opresiva donde el caos y el salvajismo son el epicentro.

Un reparto excepcional que da vida a las emociones del conflicto

Civil War

Las actuaciones en Civil War están más que correctas. Kirsten Dunst con su estado lacónico y cansado, un Wagner Moura que usa el cinismo para enfrentar el miedo, la mirada inocente de Cailee Spaeny, y la breve pero escalofriante aparición de Jesse Plemons, logran transmitir con gran intensidad las emociones que enfrentan sus personajes en medio de una situación límite.

Una reflexión profunda sobre la violencia y la deshumanización

Civil War

Más allá de la acción y el suspenso, Civil War nos obliga a reflexionar sobre las consecuencias de la violencia extrema y la deshumanización que se produce en una sociedad en guerra. Civil War no es sólo una película, es una experiencia cinematográfica hecha para agitar conciencias y cuestionar la moralidad y la identidad en un contexto donde la polarización y el fanatismo han tomado control.