Hay bandas que en su época pasaron sin pena ni gloria para luego caer en el olvido y muchos años después alguien las descubre y por fin logran obtener el reconocimiento que siempre anhelaron. Este es el caso de Décima Víctima, un combo madrileño que ha sido nombrado como los Joy Division españoles.

La banda española pionera del post punk

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El grupo nació en 1981 gracias a la inquietud de los hermanos suecos Lars Mertanen y Per Mertanen, quienes gracias a los viajes realizados a su país natal podían estar actualizados de todo lo que ocurría por aquel entonces en el panorama musical inglés, pero lo que más influyó en ellos fue el programa de John Peel, el cual escuchaban cuando vivieron cerca de Gibraltar. Fue en esta emisión en la que conocieron a Joy Division, una entonces joven promesa que tocaba algo llamado post punk, quienes se nota que les influenciearon enormemente.

Así que crearon un proyecto instrumental llamado Cláusula Tenebrosa, con el que hicieron algunos shows y en uno de ellos conocieron a Carlos Tena, un cantante que venía de haber sido parte de Ejecutivos Agresivos, un grupo fugaz de un solo hit. A partir de ahí Carlos se une al par sueco en su travesía musical y el último en llegar es José Brena, pues tardaron un poco en encontrar al integrante indicado, ya que en sus primeras actuaciones usaban una caja de ritmos pero resultó ser algo incómodo. Por lo que el lineup de la banda quedó así: Carlos Tena (voz), Lars Mertanen (guitarra), Per Mertanen (bajo) y José Brena (batería).

Décima Víctima: Los Joy Division españoles

Cabe mencionar que siempre mantuvieron un conflicto con el rollo de las disqueras y eso les orilló a fundar su propio sello independiente Grabaciones Accidentales (abreviado como GASA), en el que editaron tres singles, dos EP’S , un maxi single y dos álbumes. De los cuales destacan su disco homónimo de 1982, los sencillos Tan lejos(1982), El Vacío(1982), Detrás de la Mirada(1982) y Un hombre solo (1984).

A principios de los años ochenta se vivía en Madrid una explosión musical y cultural a la que se le bautizó como Movida Madrileña, de la que salieron cosas como la cantante Alaska con sus bandas Pegamoides y Dinarama, Los Zombies, Los Nikis, Nacha Pop y Radio Futura, estos últimos en un programa de televisión recomendaban a Décima Víctima. Desafortunadamente el combo mitad español y mitad sueco no lograron la proyección y éxito que los anteriormente mencionados, pues no encajaban con el colorido, new wave y hasta punk que albergó La Movida. 

Además, se caracterizaban por la manera estática de sus miembros y la peculiaridad de Tena al cantar sentado en una silla. Sus abarcaban desde el desamor, la depresión e historias inspiradas en Kafka, todo esto acompañado de música que sonaba oscura, algo curioso es que al igual que los intérpretes de Love Will Tear Us Apart su ropa era como la que usa cualquier oficinista pero con un toque elegante gracias a las gabardinas.

Décima Víctima optó por separarse a finales de 1983 (aunque al siguiente año se lanzó un sencillo) ya que la familia de los hermanos Mertanen se mudó a Barcelona y Carlos Tena consiguió un empleo fuera de Madrid. También hay que señalar sus componentes nunca vivieron de la música, por lo que en muchas ocasiones era una situación difícil.

La banda quedó en el olvido durante un buen tiempo y a los pocos que habían descubierto en los noventa les era casi imposible conseguir información y hasta discos suyos. Hasta hace unos años que llegó el revival post punk y surgió nuevamente un gran interés a Décima Víctima por parte de los millennials. Tanta ha sido su popularidad, al grado que los youtubers españoles Los Prieto Flores se encargaron de hacerles un documental y en octubre de 2019 la disquera barcelonesa Munster Records lanzó a la venta En el garage, un vinilo en el que se incluyen maquetas de canciones y versiones en vivo de un concierto en el Rock-Ola de Madrid.