El séptimo arte encierra una de las emociones básicas del ser humano: el horror; y en su reproducción, se vale de diversos elementos que maximizan los temores que cada individuo mantiene en sus límites más ocultos. El cine de terror busca generar miedo y perturbar a su audiencia y, más allá de lo que pueda causar con sus personajes y tramas, se encuentra un elemento importante llamado música, que resulta insustituible e indispensable, puesto que consigue acentuar sentimientos y, sobre todo, contribuye a crear las atmósferas necesarias para llevar a cabo los objetivos que el director se plantee. El miedo también suena y, básicamente, en la ausencia de materiales auditivos, difícilmente lograría su cometido.

Así es como el drama, la tensión, la angustia e incertidumbre se ven intensificadas mediante una serie de sonidos que, finalmente, encaminan al espectador hacia una transformación psicológica.

Octubre y noviembre son meses que llevan como bandera los portales que unen el mundo terrenal con el más allá, el umbral de los muertos. El uso de rituales como postrar ofrendas, personificar la maldad y alejar así los malos espíritus, además de las visitas de los muertos, resultan fundamentales para definirlo. Por lo tanto, el marco de las festividades más oscuras del año, como lo son Halloween y Día de muertos, exige la reaparición de un híbrido de buenas películas y soundtracks en la historia del cine de terror. He aquí, los cinco mejores.

 

Películas de terror para halloween

Suspiria (1977) Dario Argento:

La película de Dario Argento emergió en 1977, y forma parte de una trilogía cinematográfica denominada “Las tres madres”, que se complementa con Inferno (1980) y La terza madre (2007). La composición e interpretación de su soundtrack corrió a cargo de Goblin, banda italiana de rock progresivo influenciada por Génesis y King Crimson. Se trata de de 12 canciones, entre ellas cuatro bonus tracks que mantienen la presencia de elementos siniestros y sobrenaturales, que construye la atmósfera necesaria para la serie de asesinatos, oscuros secretos a punto de revelar y eventos aparentemente inexplicables, que constituyen una de las mejores películas de terror de todos los tiempos.

 

El Resplandor (The Shining, 1980)

terror psicológico domina a aquél que le ponga los ojos encima a la historia de un escritor trastornado, un espacio de apariencia siniestra y una serie de hechos violentos y sobrenaturales que ponen de manifiesto la condición humana y el mal. The Shining es, en primera instancia, un libro escrito por el famosísimo Stephen King, que posteriormente se convirtió en una película de culto, protagonizada por Jack Nicholson, Shelley Duvall y Danny Loyd, dirigida por el aclamado Stanley Kubrick.

Su soundtrack fue elaborado por distintos compsitores entre los que se encuentran Wendy Carlos y Rachel Elkind (quienes ya habían colaborado anteriormente con Kubrick, en La Naranja Mecánica), además de una serie de temas de los años treinta, elegidos por el mismo director, entre cuyos autores se encuentran Ray Noble. Además, entre las orquestas participantes más destacadas se encuentran la Filarmónica de Berlín. En conjunto, las piezas musicales buscan – y consiguen- completar la experiencia amenazadora y oscura del filme.

 

El Exorcista (The exorcist, 1973)

Sin duda alguna y a pesar del paso del tiempo, El Exorcista es la película más aclamada dentro del género de terror, e incluso se mantiene – a pesar de las nuevas tecnologías aplicadas en el séptimo arte- dentro de la aceptación por parte del público y la crítica, lo cual la ha convertido en el filme que trascendió el horror y los aspectos sobrenaturales establecidos.
El director William Friedkin hizo uso de composiciones de Krzysztof Penredercki, entre las cuales se encuentran “String Quarter” y “Polymorphia“, además de una composición de George Crumb cuyo nombre es “Night of the electric insects”.
El tema “Tubular Bells“, de Mike Oldfield, es quizá el elemento más importante de la película, el más característico, el que se encuentra dentro del imaginario colectivo y que logra remitir al horror sin necesidad de valerse de una imagen.

 

Halloween (1978)

La historia de un enfermo psiquiátrico llamado Michael Myers se ve rodeada de asesinatos, máscaras, un pequeño traje de payaso, persecuciones y un cuchillo prominente y amenazador, como arma y característica principal.

Más allá de la historia o el guión, el aspecto musical fue otro de los factores que determinaron el éxito e impacto que Halloween ha mantenido en la audiencia, sin importar sus diferencias generacionales, desde su lanzamiento en 1978. Fue el mismo John Carpenter (director y escritor del aclamado filme), quien se encargó de componer una melodía en piano, sencilla en mayor medida, y sumamente intimidante para todo aquél que se dedique a prestar oídos.

 

Pesadilla en la calle del infierno (A nightmare on Elm Street, 1984)

 

Esta película dirigida por Wes Craven contiene dentro de su historia a uno de los íconos de terror más importantes de todos los tiempos: Freddy Krueger, el aterrador y despiadado individuo que porta suéter de rayas combinado con un guante de cuchillas, dedicado a perseguir y asesinar adolescentes. La banda sonora corrió a cargo de Charles Bernstein, quien emplea diversos efectos sonoros, entre ellos el uso de sintetizadores, para lograr el ambiente y espacio necesarios, que contribuyan a transmitir la sensación de persecucion, horror e incertidumbre.
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La idea de un discurso ambivalente, compuesto de imágenes y sonidos, sugiere trascender la idea de simplemente transmitir material visual o sonoro aislados y, por el contrario, llevar al espectador a una experiencia inenarrable y sumamente emocional. No sólo las imágenes llevan a los individuos a involucrarse totalmente y responder al miedo, la música no es un añadido, sin que forma parte del todo final, y es un elemento fundamental dentro de la concepción de la obra.