‘Malcolm & Marie’: amor y desamor, creativos vs críticos
Malcolm y Marie, bien podría ser una cinta de relaciones toxicas, y es “perfecta” para estos tiempos: una pareja cuadro, encerrados en una casa (fue filmada en esta vigente cuarentena), explotando en emociones, reflexionando sobre el amor, el arte, la vida la autocrítica y todo aquello que damos por sentado. Pero sobre todo, fuera del contexto de los problemas de pareja, es una crítica en contra de una industria, su hipocresía a cierto punto.

¿De qué va?
Escrita y dirigida por Sam Levinson, el creador de Euphoria. Malcolm (interpretado por John David Washington), es un director de cine que acaba de presentar una película que podría lanzarlo a la cima. Se trata de una cinta inspirada, en parte, en las experiencias de Marie (interpretada por Zendaya), su joven pareja, una aspirante a actriz luchaba con una fuerte adicción cuando ambos se conocieron.
Una discusión que primero gira en torno a una ingratitud en el discurso de Malcolm, durante la premiere abre la puerta a heridas y verdades más profundas que los hacen tambalear, que desafían la percepción que cada uno tiene de sí mismo y de su arte.
Sam Levinson y su puesta en escena
El director de esta cinta es Sam Levinson, como mencioné con anterioridad, es el creador de la serie de HBO, Euphoria. Con toda honestidad, les digo que recientemente empecé a ver el trabajo de este cineasta y vaya que sabe lo que quiere decir, tiene sus historias honestas, su versión y sabe como quiere transmitir su mensaje. El primer trabajo que vi de él fue Assassination Nation, una comedia de humor negro con un mensaje en contra de la hipocresía en la juventud norteamericana, en los tabús acerca del comportamiento de los mismos y una de las puestas en escena más interesantes que he visto recientemente. Algo que noté que ha llevado a Euphoria y por supuesto, a Malcolm & Marie.
Te pongo un ejemplo. ¿Cómo puedes hacer visualmente más interesante un platica o un argumento? Vaya, en el caso de está cinta es una pelea o un monólogo de alguno de los personajes. Lo “normal” sería que pones a tus actores a una cuarta, es lo más cómodo y lo más común, la distancia de la cámara estaría en un close up o un medium close up.
A Sam Levinson le gusta jugar mucho visualmente, le gusta jugar con el emplazamiento de sus actores. No tienes un “argumento convencional” como en muchas películas, Malcolm y Marie pueden estar en constante movimiento, las distancias cambian al igual que los tiros de cámara, visualmente lo hace más interesante. Esto hace que una película completa que en cierta forma son varios monólogos entre dos personas, críticas, lloriqueadas y arrepentimiento, no se vuelva algo sumamente tedioso… te estoy hablando a ti Marriage Story y su tediosa puesta en escena, en algunas partes.

Los “monólogos” de John David Washington y Zendaya, los mensajes que contienen
Me he referido a los diálogos de estos personajes como monólogos porque, una de las principales quejas de algunos pseudocríticos de “la crítica especializada” es que más que diálogos, el guion de Levinson es monólogo tras monólogo de los personajes. Más bien, estos “críticos” se sintieron identificados con el menaje que el cineasta dio, a través de los diálogos. Que para lograr transmitir ese mensaje, las actuaciones tenían que estar casi perfectas.
Zendaya, se roba la película cada vez que habla, ella brilla en cada parte, sus diálogos, sus ojos expresivos y su rostro que dice más que mil palabras. La templanza con la que Zendaya, construye partes de su personaje es equivalente a la destrucción que propaga en otras partes de su relación tóxica con Malcolm.
Y, John David Washington tiene su protagonismo también, las partes en las que brilla más es cuando, mediante su diálogos manda el mensaje del director. Como un arrogante cineasta que le tira a los críticos de cine, la industria del cine, el cine como mercancía y las etiquetas que se utilizan en los medios para intentar explicar el trabajo de un cineasta afroamericano. Su papel como Malcolm, es quejarse tanto de las conductas de los otros que termina arrepintiéndose cuando Marie, le hace ver su realidad.
Un mensaje correcto y directo, un ritmo y desarrollo inconsistente
El “mayor pecado” de la cinta podría resumirse en que Levinson prefirió ser concreto con su mensaje y que visualmente nos transmitiera todo lo que los personajes sentían, mediante la puesta en escena, vaya que lo logró. Pero… sacrificando el ritmo de la película y dejando a medias el desarrollo de sus personajes. En cierta forma, siento que esta inconsistencia en el ritmo viene gracias a una edición que a veces cumple. Pero, también el hecho de que a veces tengan sus momentos de furia y al segundo se “amen de nuevo” no tiene mucho sentido, no va con lo que los personajes venían haciendo y trunca de manera triste, el desarrollo que venían teniendo.
Fuera de eso, puedo decir que esta película se merece toda tu atención si no la has visto. La puedes ver ahora mismo en Netflix y es una muy buena opción para estos días. Más aun que, es probable que Zendaya, agarre un poco de momentum en esta temporada de premiaciones que acaba de empezar, quién sabe.